Unos 1.500
kilómetros separan la Torre Eiffel de París del Hospital de la Fe de Valencia.
Para unos pueden ser demasiados si se va en triciclo. Para otros, los más
rápidos y eficientes, apenas dos horas separan ambas ciudades en avión. Pero
cuando la ilusión y la motivación aparecen como principales ingredientes, no hay
distancias, ni kilómetros, ni límites que impidan a Sergio Cepeda llevar a cabo
alguno de sus retos. En este caso, otro más. El otro reto de un tomellosero que
un día se propuso dar pedaladas contra el cáncer y que se ha convertido en todo
un icono por la causa.
Hace justo
un año, Sergio Cepeda emprendió en solitario su primer reto, el de recorrer en
bicicleta los 1.100 kilómetros que separan Santiago de la Ribera, en Murcia, de
Santiago de Compostela. 1.100 kilómetros con el único objetivo de conseguir un euro
por cada kilómetro recorrido. Y no le salieron las cuentas, porque cuando se
quiso dar cuenta recaudó más de 2.000 euros para la investigación del cáncer
infantil.
Sergio Cepeda posa con
el maillot
Un año
después, el bueno de Sergio quería algo más y decidió cambiar de país, un país
que mama el ciclismo y que, según él, “es el paraíso para cualquier ciclista”.
La salida era la Torre Eiffel. La meta, el Hospital de la Fe de Valencia y
muchas cosas más: ilusión, cariño, afecto y la mirada de Nekane, una paciente
del hospital que esperaba en la meta con un ramo de flores y con los brazos
abiertos. “Lloré de felicidad. Tuve unos sentimientos maravillosos que no puedo
explicar con palabras. Fue algo muy grande”, relata el ciclista de Tomelloso.
Algunos integrantes del grupo de deportistas que llevaron a cabo este reto solidario posan antes de la salida junto a la Torre Eiffel, con Sergio Cepeda entre ellos (derecha)
El reto de
este año consistía en hacer los 1.500 kms en 10 etapas y recaudar 9.000 euros.
A día de hoy, la cifra va camino de los 13.000 euros cuando falta poco para
cerrar el plazo para realizar donativos. “Este año hemos triunfado”, comenta
con alegría el protagonista de este reto.
Juntos
somos más
Fue el
pasado 31 de agosto de 2018 cuando un grupo de deportistas salió desde la
capital francesa, París, rumbo hacia el sur con el objetivo de llegar a
Valencia. Se propusieron un límite de diez días para completar su viaje. Pichu,
Fran, Isi, Ángel, Gian Luca, Pablo, Miriam, Ángeles y el propio Sergio Cepedo
son los nombres de las personas que lideraron y pusieron rostro y sufrimiento a
este reto a través de las 10 diferentes etapas. Su misión principal fue la de
portar la bandera de la lucha contra el cáncer a través de la investigación.
Pero no estuvieron solos. Detrás de ellos estaban las personas más importantes;
los investigadores del Hospital Universitario y Politécnico La Fe que
transformarán el dinero recaudado en lo que mejor saben hacer; investigar y
desarrollar nuevos tratamientos, más eficaces y menos invasivos para tratar los
diferentes tipos de cáncer infantil.
El método
A través
de una colecta online basada en microdonaciones, también conocido como
“crowdfunding”, Sergio Cepeda ha vuelto a encabezar este proyecto. Cualquier
persona ha podido y puede donar en un tiempo inferior a dos minutos con una
simple tarjeta de crédito o débito la cantidad que deseé. Migranodearena.org es
la página oficial a través de la cual se puede colaborar. Además, también
existe la posibilidad de contribuir obteniendo una de las 1.500 pulseras que
han representado cada uno de los kilómetros que han recorrido desde París hasta
el Hospital La Fe, en Valencia.
París, Orleans, Tours, Poitiers, Burdeos, Pamplona o Zaragoza han sido algunas
de las ciudades que han atravesado antes de llegar a su destino: Valencia.
Un momento del
recorrido
“Este año
hemos implicado a mucha más gente. Fuimos ocho personas y dos chicas de apoyo”,
indicaSergio Cepeda, mientras recuerda que “al ir más gente y no hacerlo en
solitario, hemos quintuplicado la recaudación”. En este sentido, hablando de
sus compañeros de batallas, el ciclista de Tomelloso reconoce con emoción que
“han sido personas muy especiales. Podría estar un día hablando de cada uno”.
Recordando
su hazaña, Sergio manifiesta que “he descubierto un país como Francia que me ha
encantado y me ha enamorado. Para el ciclista es todo un paraíso”. El idioma,
ni mucho menos fue un problema ya que “viajó con nosotros Mercedes Carbonell,
la mujer de uno de los integrantes que vivió de los 3 a los 18 años en Francia
y nos sirvió de traductora y de guía”.
El dinero
llega a buen puerto
Ahondando un poco en la cuestión económica, y más en concreto en si el
dinero recaudado llega a buen puerto, Sergio Cepeda aseguraba por activa y por
pasiva que el dinero “llega a buen puerto. Te lo puedo demostrar y asegurar”,
exclamaba. Y es que “en un principio, hablé con los del Instituto de la Fe. Me
senté con Adela Cañete, jefa de oncología del hospital y me explicó los medios
de financiación y hasta me dieron a elegir el proyecto. Concretamente, nuestro
dinero recaudado irá a medicina de precisión, que irá para investigar aquellos
casos en los que no ha funcionado la medicina tradicional tener otros recursos.
Además, no solo queremos que se curen los niños, sino que no sufran efectos
secundarios grandes ya que por culpa de muchos tratamientos, las secuelas son
grandes”. En este sentido, Sergio apuntaba que “la tasa de supervivencia en el
cáncer infantil está ahora en el 80 por ciento y se quiere llegar al 90 por
ciento, por lo que puedo asegurar que investigar vale para algo. Por ejemplo,
la Hepatitis C, hace unos años, no era posible curarla y ahora ya hay una
vacuna”. Por último, recordaba que “se
investiga, no solo para salvar vidas, sino que la cura sea en las mejores
condiciones”.
Lo mejor,
para el recuerdo
Para
Sergio Cepeda, “lo mejor fue la llegada a Valencia. No tengo palabras para
describir la llegada. Médicos, investigadores, familia… ¡Hasta Nekane! una
paciente del hospital que me recibió con un ramo de flores y que me hizo llorar
de felicidad”.
Echando la vista atrás, hubo etapas más duras y menos duras. “En los Pirineos
fue una etapa muy dura. Vinieron unos chicos del club ciclista de Huarte. Es un
pueblo pegado a la frontera y unos 15 ciclistas nos acompañaron. Luego por la
noche, en Huarte, el alcalde nos dejó un colegio para dormir. Nos trataron como
reyes. Las palabras fueron de aprecio y satisfacción”, recuerda Sergio Cepeda.
La llegada al Hospital de la Fe de Valencia fue un momento muy emocionante con recuerda con felicidad el ciclista de Tomelloso
El
proyecto, de todos
Una de las
cosas que quiere resaltar el protagonista y promotor de esta iniciativa es que
“no quiero que sea algo mío personal, sino de todo el mundo. Cuantos más
seamos, más recaudaremos por una cosa tan importante como es la lucha contra el
cáncer”.
Y para el año que viene, ¿qué?, le preguntábamos al bueno de Sergio. “Ya están saliendo
iniciativas y muchas ideas que estamos valorando. Había pensado ir a EEUU para
hacer un trayecto chulo. También Noruega. O atravesar Portugal y acabar en
Marbella en homenaje a Pablo Herráez, un chico que, desgraciadamente, falleció
por culpa del cáncer”.
Sea como fuere, Sergio Cepeda vive su día a día ultimando sus estudios de Educación Física, preparando el Trabajo de Fin de Grado y vendiendo bicicletas al sur de Alicante en un centro comercial. Mientras tanto, corre y pedalea pensando en nuevos retos. Porque a ilusión y ganas de solidaridad no le gana nadie.
El ciclista Sergio Cepeda firmó otro nuevo reto con un trayecto de 1.500 kilómetros que culminó en el Hospita de la Fe de Valencia
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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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