Gontxu marcó el segundo en el 22, y ese 2-0 reflejaba la superioridad técnica y táctica de los locales. El delantero cuenta con el aval de la experiencia del año pasado y posiblemente viva un año feliz engordando su cuenta goleadora. El equipo auriverde se posicionó bien, ejecutando bien esas órdenes del técnico de estar siempre equilibrados, con los futbolistas atentos para guardar la espalda del compañero que se adelantaba. Serna y Cristóbal equilibraron bien el juego,  sirvió buenos últimos pases Ramón Ortiz, Sergio se soltó con más subidas en la segunda parte y Cheto estuvo muy activo por la derecha.  

Las Pedroñeras, nada que ver con ese equipo que asaltara el Paco Gálvez en la Liga Nacional meses atrás, tuvo lagunas en todas sus líneas como bien se puso de manifiesto en el tercer tanto de los locales marcado por Cheto y que vino precedido de una pérdida de los visitantes en el medio campo.  Su entrenador, Santi Cabeza, tiene un buen trecho de trabajo por delante.

Intentaron algunas aventuras de ataque los visitantes y en una de ellas, Edu se fue de varios rivales y en el último duelo fue zancadilleado por Blanco. Penalti claro que el mismo se encargó de transformar y que puso el 3-1 con el que se llegó al descanso.

Moraga movió banquillo en la segunda parte y los meritorios cumplieron, pues tanto Raúl Lara como Miguel harían el cuarto y quinto gol de los auriverdes ante un rival que acabo con diez. Edu se fue de la lengua más de la cuenta y el árbitro lo mandó a la camiseta. Decisión correcta. El segundo acto de los de casa fue de menos continuidad en el juego que el primero quizá por el rosario de cambios, la clara ventaja local y el pegajoso calor de estos primeros días de octubre. Victoria plácida de los de casa que empiezan a perfilarse como uno de los fuertes del grupo.