La primera Biblioteca Municipal se ubicó en la planta baja del Juzgado, edificio donde hoy se encuentran las dependencias de la Policía Municipal. A él iba, cuando viajaba a Tomelloso, para llevar los libros que ya había leído y había hecho su crítica, y los donaba a los fondos de la Biblioteca, la que posteriormente se trasladó, por quedar escasa de espacio, a la calle Independencia, en  1967 y que lleva su nombre desde el año posterior a su fallecimiento, en 1989.

Tomelloso siempre ha luchado por ser el mejor y va camino de conseguirlo. Hoy en día podemos presumir al contar con artistas de la talla de López Torres, Antonio López, Eladio Cabañero y un sinfín de ellos.

Pavón inició los pasos en la Casa de la Cultura sabiendo que era necesario que su pueblo pudiera obtener sabiduría a través del conocimiento y, a pesar de estar reducidos al aislamiento por la dificultad del transporte, nos hemos empeñado en sonar… y sonamos.

Eladio Cabañero trabajaba como albañil pero tenía sed de saber, de aprender y tímidamente entraba en la Biblioteca para pedir prestados tantos libros como pudiera llevar. Pavón lo animaba y Eladio supo, aprendió, conoció y… escribió versos maravillosos que nos ha dejado para eterna memoria. No tenía dinero pero Tomelloso le ofreció la oportunidad de cultivarse y de extraer de su sensibilidad bellos poemas que nos han hecho temblar de emoción.

La mejor inversión que podemos hacer es la cultura, nunca nos decepcionará, por el contrario, siempre nos ayudará, será una amiga fiel y empática que comprenderá nuestras inquietudes. Nuestros pasos serán más seguros, más hermosos, más duraderos.

Julio Verne casi no viajó, pero nos llevó al fondo del mar, nos transportó al centro de la Tierra, entre otras muchas aventuras que el imaginó y que elaboró para sus lectores.

Eso es lo que aporta el conocimiento. Leer fomenta la creatividad, refuerza la memoria, enriquece el pensamiento y el vocabulario, vemos paisajes y tierras lejanas, hasta hemos sentido el aroma de un perfume o hemos visto un amanecer. Nos ha dado la oportunidad de viajar en el tiempo, de adentrarnos en la intimidad de rincones oscuros, de saber quiénes fueron nuestros ancestros, de vivir una pasión turca, de oír voces en Ruidera, de conocer a Plinio reparando desaguisados, de luchar, en definitiva, contra molinos cuando algunos quijotes piensan que los van a vencer.

Por tanto, es de justicia que hagamos un merecido homenaje a Francisco García Pavón, a nuestro pueblo trabajador y a nosotros mismos. Consigamos que el terreno que ocupa la antigua Plaza del Mercado, sea enriquecido por los libros, ya que el recinto actual donde se guardan, por suerte, ha quedado pequeño. Esta noticia es un halago para Tomelloso: ya no es suficiente el espacio, queremos más. Sí a esto le añadimos que en cada barrio haya una pequeña Sede representativa de la Biblioteca, seremos los mejores y más grandes.

Luchen para conseguirlo, pídanlo como un derecho y una necesidad. Tomelloso quiere seguir siendo culto, grande y fantástico.