Después de once años y medio trabajando en distintos bares y restaurantes de Tomelloso, Carlos Carrasco consideró que había llegado la hora de emprender su propio proyecto. “Todo cocinero tiene la ilusión de abrir su propio restaurante y después de una trayectoria tan larga decidí que había que dar el paso. Es cierto una decisión así siempre entraña un riesgo, pero piensas en el bienestar de tu familia y lo asumes”.

Según explica  Carrasco, en el Bar Restaurante ACA, nombre que responde a las iniciales de los nombres de su hijo, su mujer y el suyo propio, “los clientes encontrarán un ambiente muy familiar, con una decoración industrial rústica que hemos ido perfilando después de muchas consultas en internet, viajes a Madrid…Todo lo he ido dirigiendo yo y creo que el resultado final es bastante satisfactorio. Tenía la idea muy clara”.

Que el restaurante haya abierto en fechas próximas a la Navidad, Carlos Carrasco considera que puede ser un arma de doble filo. “En estas fechas puede venir más gente y el bar se promocionará mucho mejor y captar clientes, pero habrá que estar muy concentrados en nuestro trabajo, porque si no se hacen bien las cosas,  te puedes pegar un batacazo importante”. El propietario de ACA asegura que los clientes “van a encontrar una relación calidad-precio muy buena. Vamos a ofrecer productos de alta calidad a precios bastante asequibles. Nuestra carta no será demasiado extensa, entre otras cosas, porque todo fresco no se puede tener y vamos apostar por una cocina tradicional con un toque innovador”.

Uno de los aspectos a los que más importancia otorga, Carlos Carrasco, es el de la transparencia. “Hemos dejado las puertas de nuestra cocina abiertas para que el cliente vea como se elaboran los platos que pide y tenga total tranquilidad. Aquí todo es transparente, sin ningún tipo de engaño”. Siete trabajadores emplea el Bar Restaurante que abre sus puertas a las siete de la mañana y cierra después de la media noche. “Es un horario muy amplio. Durante los días laborables estamos seis y reforzamos con una persona más los fines de semana. La hostelería tiene este lado sacrificado”.

Aunque son muy pocos los días que el restaurante lleva abierto, su propietario tiene motivos para el optimismo. “La gente que viene acaba volviendo y eso, sin duda, es un buen síntoma. Creo que el boca a boca está funcionado, nos recomiendan y la gente nos va conociendo. Además, a la hora del café suelen venir muchas mujeres. En fin, aquí tiene la gente su casa, que vengan porque estoy seguro que no les vamos a defraudar”.

Finalmente,  y refiriéndose a la manera de hacerse hueco entre la competencia, Carlos Carrasco, señala que “no se trata de copiar lo de este o lo de aquel, sino de marcar tu propia línea y recorrido. Es importante saber escuchar las distintas opiniones, pero a la larga eres tú el que tienes que tomar la decisión y navegar solo, afianzando tu personalidad y manera de hacer las cosas”.