Siempre es un gozo escuchar a la Coral de Conservatorio de Tomelloso y si, como ocurrió ayer, es en los días previos a la Navidad, miel sobre hojuelas. Este domingo los de Marieli Blanco nos regalaron un cuidado recital de canciones navideñas de distintos lugares y tiempos. En este ocasión el programa dejó más espacio a las voces, algo que siempre es de agradecer pues nos permite apreciar, aún más si cabe, el buen hacer de los miembros del coro.

Durante la ejecución de la piezas se fueron intercalando textos plenamente navideños, una carta a los Reyes magos en la que se pedía por las personas mayores y un ramillete de poemas. El recital comenzaba con “No la debemos dormir”, un villancico del siglo XVI con música de flautas y pandero.  El concierto fue desgranando canciones más populares como “Los peces en río”, “La borriquita”, “La Marimorena” o el “Chiquirritín”, con otras más cultas y antiguas como el “Laudate” de Knut Nystedt, “Niño Dios D’amor herido” de Guerrero, o un villancicos de los siglos XIII o XVI y piezas austriacas o dominicanas.

El ambiente del templo es netamente navideño, mientras la Coral canta, los niños juegan y hablan, el público cuchichea, se levanta, entra, sale… El periodista, se deja llevar imbuido del espíritu festivo abandonando su seriedad inicial: estamos en Navidad.

El concierto acabó con las felicitaciones navideñas de la directora de la Coral, Marieli Blanco al público. De propina, “Noche de paz”. Los músicos recibieron una gran ovación del respetable. Repetimos, no hay mejor manera de meternos en la Navidad que con el soberbio concierto de la Coral del Conservatorio de Tomelloso.     

La próxima cita con la Formación será el sábado 29 en Arroba de los Montes en un concierto patrocinado por la Diputación de Ciudad Real.