Fueron a la huelga porque les surgió competencia. Esa competencia incómoda que ofrece mejor servicio, mejor precio, mejor trato. Fueron a la huelga y cayeron en la trampa habitual de pedir la luna. En lugar de examinar su conciencia, se lanzaron a la calle. Antes de pensar, actuar, hacerse notar. Incomodar, impedir, colapsar. Todo ello sin estrategia. Por la fuerza bruta.
El argumento se pierde cuando chillas sin orden ni concierto. Ellos perdieron. Porque la competencia existe. Siempre ha sido buena y necesaria. Obliga a uno a pensar, a ajustar su oferta, mejorar la atención al cliente. Rehacer las cuentas y los métodos. Sin gritar. Sin quitar las manos del volante.
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Martes, 26 de Noviembre del 2024
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