Carlos Perona es el actual campeón de la Copa de España de
Ciclismo Adaptado y bronce en el Campeonato de España. Perona, que tiene 50
años, disputó participó este domingo en la prueba de la Copa de España, quedó
tercero de su categoría. El ciclista va a participar dentro de dos semanas en
su primera competición internacional.
Carlos Perona nos recibe en su casa en una luminosa mañana
de esta incipiente primavera. Nuestro interlocutor transmite una tranquilidad
serena, Carlos sonríe, tiene una voz agradable y pausada. Nos cuenta como llega
al ciclismo adaptado, su constante lucha —con humildad y sin detenerse mucho— y
su trayectoria deportiva. Esperaba más
público en la calle durante la Copa de España y se muestra preocupado porque
necesita patrocinadores, “el año pasado gasté un pastón”.
—¿Cómo llega al ciclismo adaptado?
—Tuve un accidente en 1991, hace 27 años, sufrí una descarga
eléctrica trabajando. A mí me ha gustado siempre el deporte, hacía balonmano,
baloncesto y tenis. Después del accidente todas esas cosas no pude practicarlas.
Empecé a correr, a hacer footing que se decía entonces (ahora es running), pero
como me falta el dedo gordo del pie derecho, me lesioné la rodilla. También
tuve que dejar de correr. Pero algunos amigos que salían en bicicleta me
empezaron a animar y comencé. Poco a poco fui viendo las cosas que necesitaba
en mi bici, para poder frenar o cambiar y, sobre todo, para ir con seguridad.
En el año 1999 di un pasó más. Me enteré que había un
Campeonato de España de Ciclismo Adaptado que se disputaba una vez al año y
decidí participar. Estuve cuatro años compitiendo y lo dejé. Lo tenía como
hobby, no me compensaba estar entrenando todo un año para competir tan solo un
fin de semana.
—Y hace poco regresó de
nuevo a la competición.
—Me entero en 2017 que se va a disputar la Copa de España y
que va a comenzar aquí y que se va a correr
en distintos lugares; me animan a que represente a Tomelloso. Tuvimos la suerte
de ser dos personas las que representásemos a nuestro pueblo, Belinda López y yo. Y ahí empezó mi segunda etapa en el ciclismo
adaptado. Se me dio bien aquella carrera en Tomelloso. Aquel año eran cinco
pruebas y me dije “por qué no” y quedé
campeón de la Copa de España. Ese año me presenté al Campeonato de España y
logre un sexto en contrarreloj y un
séptimo puesto en línea.
—El año 2018 fue muy
importante para usted.
—Logré una Medalla de Bronce en el Campeonato de España en
la prueba en línea. Fue en Villadiego, en Burgos. Es muy grande verte delante
de gente que ha estado en mundiales, aquello me llenó de satisfacción. La Copa
de España de ese año fue muy larga pero conseguí hacerme de nuevo con ella.
Esos triunfos me hicieron dar un paso adelante, siempre hay
que ir adelante, y he participado en los Campeonatos de España de Pista. Para ser
la primera vez, creo que se me ha dado muy bien, me he quedado a 800 milésimas
del pódium en el kilómetro de velocidad.
—Tengo entendido que
va a participar en competiciones internacionales.
—Sí, sí, me voy a
atrever con dos Copas de Europa. Dentro de dos fines de semana voy a hacer mi
primera prueba internacional en Copa de Europa. Voy a tener la suerte de
medirme con el Campeón del Mundo del año pasado.
—Uno, que es un
profano del deporte, percibió el domingo que ustedes son muy competitivos.
—Eso lo llevamos en la sangre. Cuando acaban las carreras
somos muy amigos, no solo entre nosotros, también los familiares que nos
acompañan. El competir con personas que tienen limitaciones como tú a la hora
de practicar un deporte crea un vínculo muy importante. Pero dentro de la
carrera hay rivalidad y competencia, es lo lógico.
Esa competitividad ha hecho que el ciclismo adaptado español
sea un referente mundial. El equipo español que vaya a las paralimpiadas se va
a traer medallas seguro.
—¿Piensa en las olimpiadas?
—Yo soy realista, quiero tener los pies en el suelo. Por supuesto que si Félix García Casas, el seleccionador nacional de ciclismo adaptado, se acuerda de mí va a ser una satisfacción enorme. Si hoy en día hay 30 licencias de mi categoría en España, yo puedo estar entre los 4 mejores. Pero de cada categoría solo se llevan a uno, dos como máximo.
—¿Es muy duro su día
a día? ¿Entrena todos los días?
—Estoy haciendo una preparación específica que dirige
Victoriano Cerezo. Llevamos cuatro meses largos preparando el invierno a tope. Para
poder alcanzar el nivel que tengo ahora mismo tengo que entrenar todos los días,
solo he librado navidad y Año Nuevo. Primero hemos preparado la pista y ahora
vamos con la temporada en ruta que dura siete meses.
—Deduzco que en
carretera es donde más a gusto se encuentra.
—Sí, la pista no la había hecho nunca y allí me encuentro
como encerrado. La carretera es a lo que más habituado estoy. Pero este año lo
voy a tener más difícil con Pedro Sánchez Migallón, que está en mi categoría.
Es un monstruo, lo ha fichado el Cofidis y casi seguro que vaya a las olimpiadas.
—Usted corre en el
Fucicam, ¿no es así?
—Exactamente corro en ese equipo, con Pedro Sánchez, somos
compañeros.
—Le pregunto porque
el domingo llevaba un maillot del Club Ciclista Sport Tomelloso…
—Pedí permiso para poder participar con la ropa de
Tomelloso. Para mí es un orgullo representar a mi pueblo.
—Usted siempre lleva
muy a gala ser de Tomelloso.
—Me siento muy orgulloso de ser tomellosero, lo soy de pura
cepa y lo llevo en la sangre.
—¿Qué es para usted
el deporte?
—El deporte me da vida. Desde pequeño siempre lo he
practicado y he sido muy competitivo. Pero ahora compito contra mí mismo. Nunca
había pensado llegar a donde he llegado… Pero siempre quiero ir más allá, la
pista, el Campeonato de Europa. Pero tengo que decir que estoy disfrutando
mucho. Cuando deje de divertirme lo dejo.
—La superación es una
constante en su vida.
—Esto va por fases, cuando tuve el accidente tenía 23 años, una edad en la que parece que te vas a comer el mundo y te cortan las alas, aquello fue muy duro. Luego lo vas superando y buscas otras metas. Mi mujer y yo éramos novios entonces, después nos casamos, tuvimos dos hijos. La mayor va a cumplir 24 años y el pequeño tiene 18.
Cuando me ocurrió, gracias a Dios, tuve la cabeza sobre los
hombros, afronté mi situación, la asumí y tiré para adelante. Esa máxima, la de
tirar adelante, la aplico también al deporte y es como se va progresando, tanto
en la vida como en el deporte.
—¿Es reconocido el
deporte adaptado en Tomelloso y en Castilla-La Mancha?
—Creo que conmigo se está conociendo más el deporte adaptado.
Pero hay comunidades como Cataluña, Valencia, Murcia y Extremadura que le
llevan años luz a Castilla-La Mancha. Por ejemplo, para poder inscribirnos los
paraciclistas en una prueba como la Ruta Ciclodeportiva Francisco Cerezo nos
tienen que hacer la inscripción a mano ya que el sistema no los permite. Sin
embargo, en pruebas de ese tipo en otras comunidades el ciclismo adaptado es
una categoría más.
—¿Cómo lleva su
familia su dedicación al deporte?
—Los traigo a todos de cabeza, cuando no es a mi mujer, es a
mis hijos. Siempre me tiene que acompañar alguno ya que hay cosas que no puedo
hacer solo. Pero bueno, me ven disfrutar y tengo su apoyo. Ese apoyo hace
mucho, es un aliciente más. Lo que peor llevo del deporte es que me roba mucho
tiempo de estar con la familia.
—¿Y le compensa tanto
sacrificio?
—Emocionalmente sí me compensa, pero económicamente no.
Necesito patrocinadores, el año pasado me gaste un “pastón”. Gracias a Dios, el
Ayuntamiento me concedió una pequeña beca y Radio Surco también me esponsorizó.
Pero entre lo que conseguí de las dos entidades no llegue ni al 30 por ciento
de los gastos. Además, la bicicleta se me ha quedado obsoleta, es muy antigua,
con cambios manuales. Con los gastos de viajes, hoteles y demás, no llega para
el material deportivo.
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Lunes, 13 de Enero del 2025
Miércoles, 15 de Enero del 2025
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