Primer error; tenía 77 años con lo cual la convierte en una carga que no nos interesa. En segundo lugar, ¿qué hace una vieja por ahí que no está en la residencia? Tercera cuestión, era una monja. Cuarto: ¿a quien en su sano juicio se le ocurre ir a esos sitios? Y en quinto lugar, andando por ahí, ella se lo ha buscado.

La hermana  Inés Sancho de 77 años  pertenecía a las hijas de Jesús, como era menudilla hace más de cuarenta años decidió recoger a mujeres en las últimas y enseñarlas a coser para que se pudieran ganar la vida de forma digna y honrada,  mujeres que no las mira nadie ni en aquel mundo ni en este, desde Burgos a la frontera de Camerún con un testimonio de fe y una canastilla de costura se presentó en mitad de África simplemente con la intención  de ayudar a salir adelante a mujeres que no sabían hacer nada. El asesinato se cometió este fin de semana y tan vil y miserable ha sido que aún nadie se ha atrevido a reivindicar este hecho tan atroz ni tan siquiera ha abrir una investigación para resolver el caso

¿Qué nos está pasando como sociedad? Puedo entender que la noticia de todos los medios se centre en que sacamos gente de la cárcel para darles un escaño en el congreso,  eso puede ser noticia, porque hasta aquí era al revés, le damos un escaño para que se libren de la cárcel, pero que esto de la hermana Inés no lo digan en ningún informativo de la tele y que en todos !nos cuenten que un futbolista se ha torcido un tobillo! La verdad es para hacérnoslo mirar.

Lo de la hermana Inés es un ejemplo claro de mujeres feministas, valientes y decididas a cambiar el mundo, esto demuestra que se puede reivindicar los derechos sin necesidad de desnudarse en la calle,  gentes que con la única arma que se presentar a luchar por los derechos de los más desfavorecidos es su Fe en Dios y en el ser humano.

Amigos todos, estas cosas creo que son importantes y en estas cosas nos tenemos que parar a pensar.