Opinión

Una pequeña historia personal

| Sábado, 8 de Junio del 2019
{{Imagen.Descripcion}}

Permítanme que hoy escriba sobre un capítulo a la vez lúdico y sentimental de mi vida personal. Estas líneas tratan de una pequeña y vieja historia que deseo compartir con ustedes y lo hago como público homenaje a un club de fútbol y a una extraordinaria afición. Me estoy refiriendo al Club Atlético Osasuna y a su exigente y fiel afición que nunca dio la espalda a unos colores que siempre han pertenecido al alma deportiva pamplonica.

El inicio de mi “idilio deportivo” con Osasuna, (salud, vigor, fuerza en castellano) se remonta a hace más de medio siglo. Que un niño de Ciudad Real tuviera entonces como equipo favorito a otro distinto al Real Madrid, Barcelona o Athletic…resultaba un tanto raro. Mi equipo era de Pamplona, una lejana ciudad conocida por las fiestas en honor de su patrón S. Fermín, a las que por cierto, años más tarde asistí. 

Pero todo ello tiene un porqué. Si les digo que parte de mis raíces son navarras, que me bautizaron con el mismo nombre de mi padre quien jugó en los equipos infantiles del entonces recién estrenado club, año mil novecientos veinte, la cosa adquiere cierta lógica. Fue mi padre también quien me imbuyó la afición por este club admirable que tiene, lo reitero, una afición más admirable aún, de la que formo parte sufriendo, gozando y animando cada semana delante del televisor.

Esta pequeña historia tiene como fecha cumbre un lunes de mil novecientos sesenta y seis, es decir hace ya la friolera de cincuenta y tres años. Marchaba como cada día a clase pensando en esas cosas en las que un chaval de diez y seis años tiene ocupada su cabeza. La hora invariable, nueve menos cuarto; iría, ya digo, pensando en alguna chica o un examen, vaya usted a saber, cuando vi que un enorme autobús, inusual para esa hora, bajaba por la calle Ruiz Morote. En el salpicadero, un cartel: Club Atlético Osasuna. Mi impresión fue doble: Lo imprevisto del encuentro y el hecho de que fuera mi equipo; sí, mi equipo estaba pasando delante de mí…y en aquel momento sólo para mí. Regresaba tras jugar el día anterior un partido con el Calvo Sotelo de Puertollano, ambos entonces en segunda división. De todo ello guardo la imagen en la retina como si hubiera sido ayer. Quizá fuera el premio a la constancia y fidelidad de un chaval, luego adolescente, mantenida a través del tiempo escuchando Carrusel Deportivo de la cadena Ser. Muchos años imaginando el juego de mi equipo a través de las ondas radiofónicas, única manera de seguirlo en directo. 

“Luego fue tiempo de estudios con regresos a menudo” que recitaría el inolvidable Alberto Cortez, años en los que Osasuna fue equipo de primera y segunda división en un número de temporadas similares. Durante este periodo mi seguimiento se hizo más lejano pues el pensamiento se encontraba en otros mundos aunque seguía puntualmente sus resultados y clasificaciones. Pero es desde hace unos diez años y ya con la mente libre de obligaciones profesionales, que he vuelto a ser el incondicional seguidor de años pasados. 

Hoy escribo estas líneas tras lograr Osasuna su octavo ascenso a primera división (quedando además campeones de la categoría por segunda vez), tres temporadas después de otro ascenso fugaz que sirvió para resarcirse de una deuda económica inadecuada para un club de su dimensión. Su “annus horríbilis” fue la temporada dos mil catorce –quince en la que estuvo a punto de bajar a Segunda B. Una gestión económica catastrófica, dejémoslo ahí, fue la causa de una situación en la que el futuro estuvo seriamente comprometido. Pero ahí estuvieron como siempre la afición y los socios, propietarios del club, apoyando semana tras semana desde las gradas a un equipo que siempre fue y sigue siendo muchísimo más que un club de fútbol, desoyendo a otras aficiones que se desinflaron cuando vinieron mal dadas; la de Osasuna siempre permaneció fiel; exigente y fiel. Yo, medio siglo después, continúo siéndolo también.  

En la próxima temporada Osasuna alcanzará sus cien años de historia. Nada mejor para celebrarlo que hacerlo en primera división viendo jugar de nuevo en El Sadar a los mejores equipos de la liga española. Cien años de historia de los que mi padre y yo hemos sido testigos, ¡desde lejos y tan cerca! 

¡¡¡Aúpa Osasuna!!!


1069 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

En esta misma categoría...

Ayuda

Miércoles, 24 de Abril del 2024

¡Aúpa! Me ha encantado tu texto, hoy se cierra una gran temporada y es día de celebración, pero como bien dices es en los malos momentos donde se ve de qué están hechos los sentimientos. Y es gracias al apoyo de personas como tú que la familia osasunista de la que formas parte, resistirá cuando vengan mal dadas. Salud compañero.

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}