Mientras Don Lotario se acercó a mirar si brotaba el redrojo alfarero, Plinio vio unos grajos que volaban desde los árboles hasta la nave, a cuya sombra estaba la segadora de alfalfa y la empacadora. Luego inició un paseíllo hasta la quitería que tenía televisión, inodoro y algunas revistas de colorines. “Quién lo iba a decir: los gañanes con `tele´, frigorífico, revistas y agua corriente”.
El hospital de los dormidos
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
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Miércoles, 24 de Abril del 2024
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