Opinión

Poesía por palabras

José Vicente Pascual | Sábado, 7 de Septiembre del 2019
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Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
(León Felipe)

Hablando de lo que es y no es poesía, a tenor de los dos sentidos artículos escritos por Alberto Lara sobre este asunto en La Voz de Tomelloso, viene a cuento lo que opinaba G.K. Chesterton sobre el verso libre: “Como si alguien intentara convencernos de que dormir al raso es una forma de arquitectura de vanguardia”. Es decir, que según criterio del genial G.K, ni Aleixandre ni Valery, por poner un par de ejemplos, hacían poesía. A partir de aquellas polémicas tardo-decimonónicas sobre lo que es o deja de ser poesía, el debate resulta arcaico, trasnochado y ligeramente sesgado en favor de una pretensión absurda: la “intensidad” poética, al parecer muy distinta a la plana, quizás ataráxica, puede que frívola “no-intensidad” de la prosa.

Concluye Alberto Lara su razonamiento: “En otras palabras, un poema debe albergar una emoción. Sin embargo, ¿qué sentimiento despierta Anuncios por palabras?”. Dejando aparte el matiz, no desdeñable, de que una cosa son las emociones y otra los sentimientos, aquí aparece superlativa la fastuosidad con que muchos poetas miran hacia sí mismos, con esa importancia de lo importante que los convierte, al parecer, en seres casi de otro mundo, semidioses seguro: emociones, sentimientos, nada menos. Como si la prosa fuese un ejercicio menguado de intelectos activos pero desprovistos de la grandeur, sin la “emoción” ni el “sentimiento” de la poesía; sin, me repito, su importancia. Reclamar importancia para lo importante es como sentenciar, cuando llueve: “Esta agua tiene que venirle muy bien al campo”.

Mire usted, amigo Alberto Lara: yo no sé si la obra de Antonio Tocornal, Anuncios por palabras, es poesía o no. A usted puede gustarle más o menos, o no gustarle nada; pero lo que no puede hacer bajo ningún concepto es desautorizarla como obra válida para alzarse con un premio de poesía, porque “no es poesía”. En todo caso podía usted haber expresado sus dudas al respecto, no su convicción. Entre otras razones porque desde que un poeta importantísimo descubrió que llamar a un taxi es lo más poético del mundo —y a bordo de aquel taxi llegamos a estos tiempos de poetastros que ejercen en redes sociales con miles de seguidores—, las mayores vulgaridades, cursilerías, patadas a la lengua española y —con perdón—, bobadas antipoéticas que pueden herir la sensibilidad de cualquier paciente lector, se encuentran justamente en la sedicente poesía de masas que tanto nos castiga por aquí y por allá. ¿Es poesía la letra de Despacito? ¿Son poesía los horrores que cada mañana leo en Facebook? ¿Es poesía la página de fans de la última poetisa influencer en Instragram? Anuncios por palabras, de Antonio Tocornal, contiene más poesía que toda esa bazofia. Ponerse tiquismiquis con el asunto, no es de recibo. Ni elegante, ni poético.

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Esta polémica me tiene fascinada.
Llevas razón. Como dije en mi primer artículo, 'Anuncios por Palabras' puede contener poesía porque, es cierto, hasta parar un taxi puede ser poético. Sin embargo, nunca el escrito de Antonio Tocornal podria considerarse un poema. Saben más literatura los que la estudian que los que la escriben. Un saludo, Alberto Lara Ramírez

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