Roberto ha regresado al Atlético tras su paso por Manzanares y Atlético Pedro Muñoz. Viene con ganas de demostrar cosas, de reivindicarse como el buen jugador que es, uno de los mejores exponentes de aquella generación del 92 tan injustamente tratada y mal aprovechada. Roberto anda rápido, se atreve en los uno contra uno, se aplica en defensa cuando el equipo no tiene la pelota y….empieza a aprobar  su asignatura de la definición ante la portería. Lo vio bien Alberto Leo el pasado domingo, Roberto enfiló el área y batió con tranquilidad al guardameta visitante. 

Al extremo le toca seguir apretando, ser constante en su rendimiento y mostrarse certero en las ocasiones que disponga, como el pasado domingo, donde demostró tranquilidad y aplomo para marcar. Lástima que no tenga en el equipo a su gran socio Javi Fernández con el que se entendía con solo mirarse. Soy de los que pienso que todavía habría que hacer un esfuerzo y convencer para que regrese  un  magnífico futbolista que elevaría la calidad del equipo, un jugador al que acabó enterrando un tal Tomás Lozano de triste recuerdo.

 Volviendo a Roberto. Llega un nuevo exámen el próximo domingo frente a un San José Obrero que puede ser de los gallitos de la categoría. Escenario y rival ideal para que el extremo siga aportando desborde, velocidad, trabajo y, si puede ser, goles.