Tomelloso

La Compañía Antonio Márquez emociona al público de Tomelloso con Falla y Ravel

Francisco Navarro | Domingo, 10 de Noviembre del 2019
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Noche de ballet, y del bueno, en el Teatro Municipal de Tomelloso. Este sábado, gracias al programa Platea de artes escénicas y al área de Cultura del Ayuntamiento, los aficionados disfrutaron de una gran noche dedicada a la danza española de la mano de la Compañía de Antonio Márquez que ofreció “El sombrero de tres picos”, de Falla y el “Bolero”, de Maurice Ravel. El espectáculo, que consiguió emocionar al respetable, cosechó un rotundo éxito recibiendo una prolongada ovación.

La del sábado fue una noche de gala para los amantes de la danza. La Compañía Antonio Márquez ofreció en Tomelloso uno de sus montajes de mayor éxito, “El Sombrero de Tres Picos”, obra cumbre de la danza española con música de Manuel de Falla, con coreografía de Antonio Márquez —que también es el primer bailarín de la compañía— y  el archiconocido “Bolero” de Maurice Ravel coreografiada también por Márquez y por Currillo.

Con un montaje sencillo pero efectivo, en el que la iluminación tuvo mucho que decir, la Compañía Antonio Márquez mostró al público los entresijos de la aventura, podríamos decir galante, de la molinera y el corregidor. La música “enlatada” es ya una constante en los espectáculos de danza que no desmereció la noche. Por cierto, que este 2019 se cumplen cien años del estreno de “Sombrero de tres picos” en Londres con figurines de Picasso, nada menos.

Antonio Márquez nos ofreció una versión, inspirada en la mítica coreografía de su maestro Antonio Ruiz Soler, con la que claramente rinde un homenaje a la danza clásica española. La versión —con la que el artista ha recorrido el mundo— conserva la tradición danzística española con toques flamencos dentro de un concepto coral y dinámico. Destacó la armonía y la exigencia técnica de los bailarines que son capaces de trasmitir un desenfado y una solvencia detrás de la que se aprecia un gran trabajo de sincronización y profesionalidad-

Márquez está brillante en el papel del molinero, entregado, al igual que Paula García como la molinera. El público aplaudió el “Fandango” de la molinera y ovacionó a Márquez en su interpretación de la “Farruca” en la que el sevillano se lució y recibió una gran ovación de respetable. Y la apoteosis llegó con la “Jota” final. Y el respetable aplaudió a rabiar.

Tras el descanso llego el “Bolero” de Ravel. Un impactante taconeo nos mete en la archiconocida obra del francés. Márquez, de nuevo, es el protagonista de la obra. Un montaje libre y tan hipnótico como la música que lo acompaña. Un fabuloso trabajo de iluminación es va creando espacios, ambientes, situaciones, espacios y colores. Los diecisietes minutos de la obra se nos pasaron en un suspiro, Márquez no nos dio tregua, el baile de su compañía era una hipérbole de la monótona melodía de Ravel.  

Y cuando cayó el telón el público, puesto en pie, premió el buen hacer de los bailarines con una soberbia ovación.

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