A la derecha de la ruta, aguas quietas, matriz del Guadiana.
Aguas anchísimas que ni corren ni ondean. Ni mar ni río. Aguas que se sangran
por el pie y conservan la cabeza lúcida. Los ríos cantan y la mar marea, pero
el agua de laguna es melancolía. Sólo para mirarse la cara en sus espejos, ver
marcharse la tarde paso a paso y recibir el amanecer en su bandeja. Las tardes
junto a las lagunas son de añoranza… Tal vez las aguas no se hicieron para
estar quietas, como ojos cansados.
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
El reinado de Witiza
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Sábado, 4 de Mayo del 2024
Sábado, 4 de Mayo del 2024