Dentro de las Jornadas de Animación a la Lectura que organiza la Biblioteca Municipal de Tomelloso, el Auditorio López Torres acogió este viernes el espectáculo de mariones Antología de Jordi Bertran. El montaje fue un completo éxito y 250 escolares de Tomelloso disfrutaron con los particulares personajes a los que Bertrán dio vida.

Jordi Bertran, que está considerado el mejor marionetista de hilo de toda Europa. Lleva desde 1977 dedicado a los títeres de marioneta recorriendo todo el mundo y recibiendo un sinfín de galardones. Ha hecho una pequeña gira promovida por algunas bibliotecas de la provincia que culmina en Tomelloso.

—¿Es la primera vez que viene a Tomelloso?

—Sí. Estamos muy contentos con esta gira que han organizado las responsables de las bibliotecas de la provincia. Ha sido una experiencia magnífica.

—Y está sirviendo para animar a la lectura a los escolares.

—El teatro va unido a la cultura y a los libros y al conocimiento. Me parece genial.

—Usted lleva desde 1987 con Antología, ¿no se aburre?

—Estas marionetas las he construido yo con mis manos, han salido de mí. Son como mi familia. Uno no se puede cansar de un hijo aunque, ya sabe usted, que hay relaciones familiares muy duras. Pero en este caso nos llevamos muy bien. Las marionetas reivindican poco, no comen; a veces hay que repararles alguna articulación… Pero no están sindicadas. Hay un gran amor entre ellas y yo, de hecho, son mi vida.

—Además de Antología, usted tiene más espectáculos, ¿no es así?

—Cierto, este no es el único pero sí el más antiguo. Después he ido creando espectáculos nuevos. Pero Antología es el primero y le tengo un especial cariño.

—Lo ha girado por todo el mundo y ha recibido infinidad de reconocimientos y premios.

—Me lo piden, si no fuera así ya estaría en un cajón del taller. Como lo solicitan tanto, el espectáculo está vivo.

—Las marionetas, en muchas ocasiones,   son consideradas como un espectáculo para niños. Los títeres parecen el hermano pobre del teatro que se representa en auditorios pequeños y está destinado a los festivales.

—Hay muchos festivales de artes escénicas a los que van espectáculos como el mío. Creo que el teatro en general nunca ha tenido el apoyo que debería tener…  Por otra parte, las marionetas son la síntesis del teatro. Siempre digo que las marionetas son al teatro lo que la poesía es a la literatura.

—Una obra con muchos personajes…

—Sí, son siete personajes. Esta Louis Armstrong, Salvador Dalí con un discurso surrealista, hay también un faquir muy divertido, un payaso, Pep Bou que es un alquimista experto en pompas de jabón y el esqueleto de Bon Scott, el cantante de AC/DC que canta canción es del grupo australiano.

—En un época tan gris como la que nos toca vivir, ¿está vigente el lenguaje universal del teatro y, lógicamente, el de los títeres?

—Aparte de la poesía que puedan tener, las marionetas tienen un mensaje de ternura, de inocencia. Esto trasmite a las personas una humanidad, una conexión, una serie de emociones que unen al sentido humano.