El Huracán encontró el gol de la victoria muy pronto. Se botó un corner desde la derecha y Mateu completamente solo remató impecablemente de cabeza a la red. Solo un minuto después el mismo futbolista pudo hacer el segundo en una jugada parecida, pero esta vez el larguero repelió su remate.  En ese primer cuarto de hora, el Huracán enseñó sus credenciales de gran equipo, con hombres muy bien dotados técnicamente, buenas combinaciones, alternancia de juego corto y largo y calidad en todas sus líneas. Pero a partir del veinte empezó a crecer el equipo local, dirigido por un Loren inmenso, con Leo y Roberto muy activos en sus bandas y un buen trabajo de desgaste de los delanteros Chule y Carlos Arroyo que casi siempre lograban recibir entre líneas. 

En esas combinaciones del equipo local han participado también los laterales del equipo local, que junto a los centrales Calero e Ismael han formado una defensa con una medida de edad de 19 años.

Lo han intentado los auriverdes con disparos de larga distancia de Leo, Carlos Arroyo y Chule que han puesto en algún apuro al portero Víctor.  Otras veces la ocasión se ha malogrado por falta de precisión en el  centro o último pase, pero era evidente que el Atlético estaba compitiendo de tú a tú con un gran rival.

En el segundo tiempo se ha jugado menos porque el campo se ha ido encharcando progresivamente y el balón ya no rodaba bien en muchas zonas.  Aunque es cierto que ha caído mucha agua en las últimas horas, que un terreno de césped artificial instalado hace menos de un año tenga estos problemas de drenaje, resulta cuanto menos chocante y se deberían tomar medidas para arreglarlo. 

En estas condiciones cada jugada se ha convertido en una batalla, emergiendo la figura de un gran Agustín que se ha marcado otro partidazo, aunque en realidad todos los futbolistas han sido muy generosos en el esfuerzo.  El Huracán ha salido fuerte tras el descanso, buscando ese segundo gol que le evitara disgustos de última hora, pero no ha encontrado la manera de sorprender a una defensa que ha realizado un excelente trabajo con anticipaciones continuas, fortaleza en los duelos individuales  y buena sincronización a la hora de correr hacia atrás o hacia delante.

Así, se ha llegado al último tramo con el partido abierto. Roberto, tras una buena conducción por el carril del diez, ha visto bien el movimiento de Leo que no ha llegado por milímetros a un balón que le dejaba solo ante el meta. No ha faltado mucho para que el portero le hiciera penalti o algo de picaresca latina en el de Pedro Muñoz para que lo pareciera. 

Raúl Lara ha metido a Joaquín buscando algo de frescura arriba, aunque ha sido el visitante  J.Emiliano el que ha podido decidir el duelo en una jugada en la que no ha sabido definir ante Diego. Con el duelo abierto, el técnico local se ha jugado la baza de meter al multiusos Calero como un delantero más. En esos últimos minutos, eternos para el Huracán, el Atlético ha generado tres claras ocasiones. Un tiro espectacular de Dani Soria que un defensor ha sacado debajo de los palos, un disparo algo forzado de Calero tras internarse en el área y un remate del portero Diego en su desesperada subida a un último corner que algunos futbolistas reclamaron como gol. No lo vio así el colegiado y el Huracán se llevó tres puntos que le costaron lo suyo. Un premio excesivo si comparamos sus méritos con los del generoso derroche de un buen Atlético.