Su jugada más recordada era aquella en la que recibía de espaldas a la portería, controlaba y con gran rapidez se revolvía para conectar el disparo. Hizo muchos goles de esta manera y siempre fue un jugador muy difícil de marcar para las defensas rivales. Solía mantener una complicada dialectica con los colegiados, pero era una persona noble que se ganó la amistad de las numerosas personas que lo conocieron, por su carácter afable, su espíritu bonachón y  sus características bromas.

Amante del deporte, en los últimos años jugaba al padel siempre que su oficio de camionero se lo permitía. En esta disciplina también demostraba el mismo espíritu competitivo que antes tuvo como futbolista. Una persona grande dentro y fuera de las canchas. Su funeral se oficiará mañana a las doce en la Parroquia de Los Ángeles.