Existen palabras tan viejas
como el mundo que sin embargo parecen haber sido descubiertas hace poco; dialogar
es una de ellas y bien está lo que bien acaba… utilizándose.
Dialogar según el diccionario
significa discutir
o conversar sobre un asunto o sobre un problema con la intención de llegar a un
acuerdo o de encontrar una solución. Una tarea más o menos ardua y compleja según sea el
distanciamiento de las posturas iniciales.
Si algo define a nuestra
actual generación es el convencimiento, su práctica es otra cosa, de que es
necesario el paso de la confrontación a la conversación; la búsqueda de
soluciones mediante la palabra y la razón, abandonando la fuerza o imposición con
distintas armas. Dialogar siempre es positivo e inteligente y nunca está de más
dedicarle fuerzas y tiempo.
Sin embargo para que el
diálogo sea posible y pueda tener resultados positivos, existen dos
condiciones; la primera que todas las partes que intervienen tengan el ánimo de
llegar a algún acuerdo que siempre será distinto a los puntos de vista
iniciales y la segunda, que el tema a tratar tenga realmente visos de solución.
Es decir, el diálogo siempre ha de tener un escenario más o menos convergente.
Y es en este punto donde el
diálogo, sobre todo en política, es utilizado a veces de manera subrepticia
para enmascarar, dilatar o justificar acciones y situaciones sabiendo de
antemano que están basadas y por ello condenadas a la nada, casi siempre para
beneficio propio o distracción de carencias. Bien porque alguna de las posturas
sea desde el primero momento intransigente, o porque el tema sobre el que se
pretende dialogar escapa a tal posibilidad, pues se trata de un concepto
absoluto; la independencia por ejemplo es uno de ellos pues como tantos otros no
admite grados y consiguientemente la posibilidad de diálogo pues no existe un
concepto alternativo o sustitutorio.
Dialogar, dialogar,
dialogar….hasta la extenuación, siempre que exista alguna posibilidad de
acuerdo; de lo contrario, el diálogo pasa a ser no una conversación entre
sordos, sino de quienes proponen una y otra vez de manera razonable distintas
opciones a alguien que no parece o interesa conocer el idioma y que por lo
tanto no se da por enterado.
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Domingo, 27 de Abril del 2025
Sábado, 26 de Abril del 2025