“Cuando acabé la carrera en el 2017 empecé a dar clases particulares, -explica Patricia-, pero mi ilusión siempre fue montar un centro de formación en el que los alumnos pudieran formar una gran familia y aprovechar nuestros juegos, concursos, talleres y cursos que se pondan en marcha. El centro surge como respuesta a las necesidades de los alumnos, todo por y para ellos”.

Los primeros pasos del proyecto se dieron ya a finales de octubre. “Nos pusimos a buscar un local, lo encontramos, empezamos a resolver los trámites de licencias y demás y a acondicionarlo. Pero lamentablemente llegó el confinamiento por la crisis sanitaria del Covid-19.  Tuvimos mala suerte, pero nos hemos adaptado y estamos ofreciendo un servicio on line a 57  familias”, señala.

La responsable del Centro de Formación P&C reconoce el gran esfuerzo que están llevando a cabo lo profesores en este confinamiento para que sus alumnos avancen, "pero los niños se sienten más a gusto y cómodos en la educación presencial. Se ha generado una situación que, en muchos casos, no se sabe cómo afrontar y nosotros estamos dispuestos a ayudar todo lo que podamos”, manifiesta Patricia.

El centro se encuentra en la calle París, haciendo esquina con la calle Oslo, en pleno corazón del Barrio Europa, zona de crecimiento y expansión de la ciudad en la que empiezan a proliferar negocios de todo tipo. Valoramos su espíritu emprendedor en plena crisis y Patricia Tenorio aclara que “el proyecto lo empezamos antes, y ya llega un momento en el que no te puedes echar atrás”. De esta iniciativa también forma parte, Olga, una sicóloga que desarrolla un interesante proyecto de acompañamiento emocional, “basado en la motivación y en una metodología de trabajo que deja atrás los castigos o los gritos”.

En la entrevista aflora el tema de la brecha digital que tanto preocupa y que está generando un amplio debate en la comunidad educativa. “Es cierto que muchas familias no estaban preparadas para afrontar esta situación. En algunas casas, por ejemplo, no tienen una simple impresora. O a lo mejor se da el caso de que hay dos o tres niños y solo hay un ordenador. Y si encima el papá teletrabaja el problema se complica. Además, ha obligado a madres y padres a tener que aprender rápido el manejo de documentos, enviar imágenes, etc”, dice.

Patricia confía en que la situación se vaya aclarando y le permitan abrir el centro el próximo verano. “Tenemos muchas ganas de estrenar nuestro local que ya hemos terminado de acondicionar. Disponemos de amplio material para el desarrollo de las actividades y contamos ya con lista de espera. Ojala podamos abrir”, concluye.