“En aquellos días de vendimia, Plinio se sentía más ligado a
su tierra que nunca; el olor a mosto, el unánime trajinar, la ilusión común le
gustaba.
Con frecuencia paseaba solo por las calles del pueblo para
ver los precios, las uvas que entraban a fulano o mengano, y sobre todo
por contemplar el gran espectáculo de la vendimia.
Los carros arrimados a la piquera y descargando a golpe de
azada… Los pisadores, medio desnudos, chapoteando en el oscuro jaraíz… Los
carros que llegaban del corte cargados de vendimiadores cantando…
Por todo esa gran espectáculo de vendimia sentía Plinio una primaria y gratuita atracción.”
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
Historias de Plinio. El charco de sangre.
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Jueves, 28 de Marzo del 2024
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