Opinión

Soy esclavo de mi talento

José Antonio Rebato Lara | Jueves, 11 de Junio del 2020
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No soy esclavo de mi imagen, soy esclavo de mi talento-. Así se define un pelaespigas que colabora en el programa de Europa FM que dirige Ana Morgade. En su intervención habla haciendo gala de su rigor y talento del lamentable suceso del Botellón de Tomelloso. Quien quiera oírlo y verlo, en este medio encontrará el enlace. De la sarta de estupideces que dice, corrobora su saber hacer, su talento y sobre todo da muestras del rigor que este programa utiliza para sus chanzas y mentiras con un único sentido, hacer daño a más de treinta y cinco mil personas y dejar claro el nivel del programa, ya que tanto el pelaespigas como los presentadores hacen eco del nivel del programa.

Durante estos días, ya casi tres meses, estoy leyendo y oyendo a decenas de iluminados, que solo demuestran lo bien que se ponen las banderillas a toro pasado y desde la barrera, que no hacen más que criticar a políticos y sanitarios, esos mismos que salían a las ocho a aplaudir fervientemente y solo si eran observados. Estos críticos iluminados solo dan tiza sobre lo mal que se han hecho las cosas, lo mal que han actuado las autoridades, lo mal que se han hecho los triajes (selección de pacientes en urgencias), lo mal que se ha gestionado los suministros lo mal que se ha gestionado esta crisis. Por supuesto estos han estado todo el tiempo cargando la cesta de basura con el único objetivo de descargarla ahora que ya está todo algo más calmado y cobrar horas en los medios haciendo de la falacia su forma de vida. Claro está que si no los viera y leyera nadie, se les jodía el tinglado, pero está claro que la España casposa sigue consumiendo esa inmundicia de entretenimiento y tertulianos.

Criticar bajo la figura de la libertad de expresión es muy sencillo siempre que cumplas los requisitos de lameculos, impresentable y de cero dignidad, con estas tres premisas te puedes hacer un hueco en ciertos medios de comunicación y hasta vivir de ello aquí en España, somos así.

Se han hecho cosas mal, pero hay que ponerse la camisa de todos aquellos que han estado tomando decisiones en los momentos de una crisis sanitaria sin precedentes a nivel global. Yo soy el primero que critico ciertas cosas que se podían haber hecho mejor, quizá no con mejores resultados, o sí, pero lo puedo hacer porque desde el minuto cero he estado en primera línea. Los que hemos vivido esta situación sí tenemos una idea más que clara de lo que ha sido y de lo que volverá a repetirse si la población no pone de su parte. También puedo asegurar que no estamos preparados para afrontar otra catástrofe como la que hemos vivido, no tendremos fuerza moral para enfrentarnos a ella, puesto que la experiencia que ya tenemos por lo que hemos vivido, probablemente nos haga abandonar el frente si volvemos a recaer por la insensatez de la gente que esto lo han pasado guardaditos en casa con el frigo lleno. Los críticos iluminados no hablan de los muchos que la han vivido en casa con el frigo vacío y sin posibilidad de llenarlo, ni tampoco hablan de los que se han preocupado y se la han jugado para que esa gente lo pueda llenar, claro de eso no hablan porque eso no vende.

Echo de menos artículos y programas de radio, la tele la uso poco, que hagan críticas constructivas, que usen los errores como base de experiencia para si pasa esto o algo parecido hayamos aprendido y podamos hacer frente a lo que venga con una experiencia de base y un saber hacer. Son muchos los programas que tienen tertulias buenas, documentadas y gente que sabe exponer soluciones a errores, pero a estos no se les hace mucho caso desgraciadamente. Los políticos que abran los ojos de una vez y se dejen a un lado los intereses de partido y empiecen a trabajar por el interés general, que están para eso y demuestren que saben estar a la altura, como hemos estado todo el ejército de personas que hemos cumplido con creces con nuestra obligación en favor de la población española, como servidores públicos que somos.

Amigos todos, esto ha sido muy duro para muchos, familias destrozadas, enfermos recuperados que vivirán con mucho miedo durante mucho tiempo. Gente que hemos trabajado hasta donde hemos podido para salir adelante y que nos hemos contagiado en nuestro trabajo. Pero afortunadamente a la mayoría de la población no les ha afectado y eso hace bajar la guardia, todos estamos deseando volver a la normalidad,  poder reunirnos con amigos, besarnos y abrazarnos como siempre lo hemos hecho. Pero eso no llegará mientras no pongamos todos de nuestra parte, los medios de comunicación dejar de tratar esto como negocio y hacer vuestra función de servicio público y utilizar el rigor, aunque venda menos y señores y señoras políticos, ir espabilando y empezar hacer vuestro trabajo que ya está bien de demagogias y rencillas de patio de guardería y al lío que esto hay que sacarlo adelante entre todos.

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