Más de 1.800 alumnos realizan las pruebas de acceso a los Ciclos Formativos de Grado medio y superior que concluirán hoy en más de 30 institutos de la región. Se trata de la primera convocatoria que tiene lugar de forma presencial tras la declaración del Estado de Alarma.

Los exámenes se realizan siguiendo un estricto protocolo de seguridad sanitaria, centrado en la organización de los espacios donde tendrán lugar las pruebas y en la puesta en marcha de medidas dirigidas a la salud, a la información del personal participante o  la desinfección del centro. La Voz de Tomelloso lo ha podido comprobar en su visita al Instituto García Pavón, uno de los tres institutos de la provincia que vuelve a acoger las pruebas. Su director, Agustín Pradillos, nos  atiende aprovechando un cambio de turno. Hablaremos de las pruebas de acceso, pero también de la situación y proyectos de un centro emprendedor en el que acab de cumplir su primer  año como director.

-Nuevamente el Instituto García Pavón acoge las pruebas de acceso a los Ciclos Formativos de Grado medio y superior…

-Hasta hace poco se realizaban íntegramente en Tomelloso y Alcázar de San Juan, que son los centros de la zona donde se imparte FP. Pero como ha disminuido el número de asistentes, la administración ha decidido ir alternando. Un año le toca a Tomelloso y otro año en Alcázar de San Juan. 

- Las pruebas, como no podía ser de otra manera, se van a realizar siguiendo un estricto protocolo de medidas de seguridad. ¿Cómo se ha organizado todo para garantizar la seguridad de las personas que pasarán por el centro?

-Se ha elaborado un protocolo muy determinado, con medidas concretas sobre el desarrollo de las pruebas, la distancia, higiene y protección. Lo elaboramos con antelación y lo colgamos en las redes para que la gente conociera. Habitualmente las pruebas se realizaban en un aula normal, pero en este caso para poder cumplir la distancia de dos metros que tiene que haber entre los pupitres se ha realizado en el pabellón donde disponemos de mucho más espacio.

-Desde el confinamiento decretado a mediados del mes de marzo, la educación ha sido uno de los sectores más afectados, ¿cómo ha sido este trimestre tan atípico en el García Pavón?

-Igual de complicado que en cualquier colegio o instituto. La pandemia ha dinamitado todas las relaciones, trayectorias y estructuras. Afortunadamente en nuestro Instituto ya estábamos muy bien preparados para el teletrabajo, con una buena plataforma de comunicación interna con el google suite que nos ha facilitado mucho las cosas para compartir documentos entre el profesorado. Antes ya veníamos utilizando mucho el Papas, programa por el que apostó el equipo directivo  como medio oficial de comunicación con las familias. Por tanto, ya teníamos mucha inercia con lo que se nos ha ido marcando. Sí es cierto que las clases virtuales han supuesto una revolución importante, pero nos hemos adaptado bastante bien. 

-El próximo curso empezará también en un contexto de pandemia, ¿Tienen ya unas pautas acerca de cómo se podrá organizar?

-Aún no tenemos ninguna instrucción. Solo sabemos lo que las autoridades dicen en los medios de comunicación. Pero está claro que será un curso diferente. No podrá haber treinta alumnos por clase, pensando en la distancia de seguridad que hay que guardar, las entradas y salidas tendrán que ser escalonadas y aunque seguimos esperando las instrucciones que nos dé la administración, nosotros ya vamos caminando, intuyendo por dónde pueden ir los tiros.

-¿Habrá novedades en la oferta formativa del centro?

-De cara al próximo curso no habrá novedades, pero el equipo directivo tiene planteadas unas demandas para que el García Pavón acoja más ciclos formativos, sobre todo de grado superior, algo  muy necesario para Tomelloso y su comarca. Para nosotros sería importante que familias que tenemos como la sociosanitaria o la automoción contarán con ciclos superiores. Y también reivindicamos recuperar nuevamente algo que nunca se debió ir de Tomelloso, el grado medio de Informática. En la situación que estamos, solo ha habido tres ciclos nuevos en toda la provincia, pero seguiremos defendiendo lo que consideramos justo y necesario para nuestro Instituto y la propia ciudad.

-Lleva un año como director del centro, ¿qué balance realiza de este primer curso?

-Para mí ha supuesto mucha satisfacción porque es un centro muy grande y complejo, desde primero de la ESO a grado superior, con la implantación ya del ciclo de robótica y automatización industrial que hay que poner en marcha. Creo que hemos emprendido dinámicas muy interesantes, como la renovación de la imagen del centro, aportando algo más de frescura y que haya una inercia diferente. La competencia entre los centros de la ciudad es grande y hay que ofrecer todo lo mejor para atraer a los alumnos.

-Esta crisis del Covid-19, ¿marcará un punto de inflexión en la educación y la propia vida en general?

-Está claro que sí. La normalidad  de todos los ámbitos de nuestras vidas, ya sea a nivel familiar o profesional, se ha dinamitado por completo. Veníamos hablando desde hace tiempo de las nuevas tecnologías, y lo ocurrido, nos obligará a usarlas ya mismo, de forma obligatoria.