Dice
el Diccionario de la Lengua Española que orgullo es el ‘Sentimiento de
satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en
lo que una persona se siente concernida’.
Y hoy, 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGTBI, se me llena la
boca al decir la palabra orgullo.
Orgullo
por un movimiento que, a pesar de lo sufrido, ha mantenido la cabeza
alta hasta conseguir que su dignidad haga también un poco más dignas
nuestras vidas y nuestra sociedad. De manera
que sí: orgullo y satisfacción, porque sus logros nos han hecho mejores
y más libres. Y, en efecto, como dice el diccionario me siento
concernida por todo ello ¿alguien podría no estarlo?
Por
eso, en este 28 de junio, me parece imprescindible empezar reconociendo
al colectivo LGTBI todo lo que nos ha dado: un mundo más diverso, más
libre, más justo y más digno. Y, sobre
todo, la inspiración y la energía para seguir persiguiendo la igualdad
de todas las personas y su derecho a vivir en libertad.
Este
año celebramos el Día del Orgullo LGTBI en un contexto agridulce como
consecuencia de una pandemia que nos ha hurtado la posibilidad de
celebrarlo en las calles. Sin embargo, no va
a lograr que perdamos fuerza en la reivindicación que cada 28 de junio
se repite y que sencillamente es la diversidad sexual que a cada persona
nos hace ser, sentir y estar en el mundo de la forma que nos da la
felicidad.
Además,
en este 2020 el Día del Orgullo LGTBI está dedicado con acierto a las
mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales con el fin de defender sus
derechos, darles visibilidad y luchar
por su igualdad dentro del colectivo y en el conjunto de la sociedad.
Me gustaría hacer mención especial a las
mujeres
transexuales cuyos derechos se vulneran de manera sistemática y de
múltiples formas. Quiero condenar la violencia que se ejerce contra
todas las mujeres en sus múltiples
manifestaciones y, en particular la que sufren de manera cruel las
mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales, debido a la diversidad en
su forma de ser, sentir y desear.
Las
mujeres seguimos luchando para acabar con la desigualdad histórica que
hemos padecido solo por el hecho de serlo y el propio movimiento LGTBI
debe enarbolar esta lucha como principio
fundamental. Por eso, la reivindicación
que hacemos este año y que debemos hacer siempre, también dentro del
movimiento LGTBI, es la puesta en marcha de la transversalidad de
género.
Pero,
a pesar de las adversidades, debemos seguir haciendo camino como lo
hemos venido haciendo en las últimas décadas. Quiero recordar que se
cumplen ahora 15 años de la ley que permitió
el matrimonio igualitario, posible gracias a la sensibilidad de un
Gobierno y de una sociedad que convirtió una reivindicación histórica en
un derecho, el derecho en un acto de igualdad y la igualdad en
felicidad para miles de personas y de familias.
Desde
Castilla-La Mancha también hemos contribuido a estos avances desde
diferentes ámbitos, uno de los más notables ha sido promover el derecho
de igualdad de trato a las mujeres lesbianas
en materia de reproducción humana desde 2017. También quiero citar por
su importancia la futura ley para la igualdad LGTBI que esta misma
semana ha retomado sus trámites y que será un reflejo de la diversidad
de nuestra tierra.
Y
así poco a poco, paso a paso, como si fuese un precioso proceso de
alquimia, hemos de seguir transformando reivindicaciones en derechos y
los derechos en leyes que garanticen un marco
social justo e igualitario en el que sintamos orgullo de la diversidad y
en el que todas las personas, al margen de cualquier consideración,
disfrutemos de los mismos derechos y oportunidades.
Para eso trabajamos desde el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Blanca Fernández Morena
Consejera de Igualdad y Portavoz de Castilla-La Mancha
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Jueves, 25 de Abril del 2024
Jueves, 25 de Abril del 2024