Ayer abrió sus puertas el nuevo local de Carnicería El Bolerín en Tomelloso. Sus clientes dieron su beneplácito a una tienda mucho más amplia, de diseño más moderno, acogedora, y lo más importante,  sigue prácticamente en el mismo sitio. Solo hay que cruzar la calle Matadero desde la antigua carnicería para llegar a la nueva. Fachada moderna, en tonos grises, le dan ese toque de cambio que todo negocio necesita. Carnicería El Bolerín es un ejemplo de negocio familiar bien llevado, levantado desde el esfuerzo c onstante  y las ganas de ofrecer siempre el mejor servicio posible a sus clientes. Estos son los cimientos de la longevidad de una carnicería que ha superado los cincuenta años de vida….y los que queden.

El 14 de noviembre de 2018 La Voz de Tomelloso realizó una entrevista a José López Quintanar en la que nos habló de la solera de una carnicería familiar que inicia una nueva etapa con el estreno de su nuevo local.   Al establecimiento de Tomelloso añaden también una carnicería en Argamasilla de Alba.

-Imagino que están muy satisfecho con la inauguración de las instalaciones, ¿no es así?

-Claro. El sábado 4 de julio cerramos la carnicería antigua  que ha estado abierta 52 años y que tanto nos ha dado. Mi abuelo fue el que empezó con el oficio ya en el año 51, el siguiente eslabón fue mi padre que entró a finales de los setenta y ahora estoy yo que llevó 22. Tres generaciones han pasado ya por la carnicería.

-Que un negocio se vaya transmitiendo de generación en generación es también un motivo de orgullo y algo cada vez menos frecuente, ¿no cree?

-Es cierto. A mi desde muy joven me atrapó este oficio, me gusta lo que hago, de lo contrario no podría dedicarle las horas que le dedico. Esa vocación me hace llevar mucho mejor el sacrificio que supone un oficio como éste. Además, tengo la suerte de trabajar junto a mis padres y mi mujer que también contribuyen a que todo sea mucho más llevadero. La carnicería es un oficio que suele pasar de padres a hijos.

-La apertura de la nueva carnicería ¿ha llevado aparejada la contratación de más personal?

-Sí. Hace seis meses estábamos mis padres y yo y ahora somos seis. Yolanda empezó a finales del año pasado a media jornada, y ahora está ya a jornada completa. También está mi mujer en la caja, se había quedado parada y también se ha incorporado al negocio.

-Lo mejor de todo es que mantendrán la clientela al seguir la carnicería casi en el mismo lugar…

-Sí. Nosotros trataremos de seguir ofreciéndole el mejor servicio posible y algo más de comodidad a la gente, con una oferta mayor de productos, para que puedan hacer una compra lo más completa posible. Nosotros no podemos competir con grandes superficies, somos una tienda de barrio que damos ese servicio diario a nuestros clientes y tenemos que tener un poquito de todo.

-¿Qué destacaría de las nuevas instalaciones?

-Le hemos dado muchas vueltas de tuerca porque queríamos meter mucho en poco sitio. Creo que con los metros que disponemos hemos acertado en la distribución. Hemos ampliado la frutería y en alimentación tenemos un poquito de todo. Lo importante sigue siendo la carnicería, pero nos hemos ido adaptando a lo que la gente demandaba. Precisamente en este local había un negocio de alimentación que cerró el año pasado y los clientes exigían que diéramos también ese servicio.

-¿Qué opinan los clientes del nuevo local?

-En líneas generales les ha agradado. Hemos pasado de un local más antiguo a uno más moderno y mayor. La pena es la situación en la que nos encontramos porque me hubiese gustado hacer una inauguración, pero no era el momento ni el lugar.

-¿Cómo ha ido el trabajo durante el confinamiento?

-Hemos tenido picos de más de un 120 por ciento de crecimiento con respecto a semanas de años anteriores. Las ventas se han duplicado porque a la gente le entró un pánico tremendo y quería acumular alimentos en casa. Quitando algunos momentos puntuales no ha faltado género.

-Se han ganado un merecido prestigio entre sus clientes, ¿cómo se consigue eso?

-A base de hacer las cosas lo mejor que sabe uno, superarse cada día, conocer bien a la gente para darle un trato cercano. Esta es nuestra arma principal para competir con establecimientos mayores.