En la actualidad, la bodega agrupa a 170 socios con más de  2600  hectáreas de las variedades airén, tempranillo y macabeo, compuestas por un 50 % de regadío y un 50 % de secano. El viñedo de secano es de poda en vaso, mientras que el de regadío tiene tanto emparrado como viña baja.

Su presidente, Esteban Lomas, atiende con amabilidad la llamada de La Voz de Tomelloso para hablar de una vendimia que “se está desarrollando muy bien. Esperamos una producción en torno a los 20 millones de kilos, algo más que el año pasado, si bien en este aumento también influye el ingreso de nuevos socios en la cooperativa”, explica.

"Al final la producción será algo menor de lo esperado. El 85 por ciento de nuestra cosecha corresponde a variedades blancas y el resto a uva tinta”, apunta. El presidente de la bodega considera que la calidad “está siendo excepcional. Está entrando una uva muy sana y con un grado medio de 11,5 que, sin duda, nos permitirá elaborar unos vinos de muy buena calidad”.

Sobre la incertidumbre de precios que está caracterizando esta campaña, Lomas expone una visión más optimista. “El problema fue el stock que había acumulado del año pasado, que junto a las previsiones de cosecha de este año, provocaron un descenso de los precios. Pero afortunadamente ese stock se ha ido aligerando y la cosecha tampoco ha sido tan grande como se esperaba inicialmente, con lo que los precios han ido repuntando. Esperemos que esta tendencia se vaya consolidando”.

La cooperativa destina la mayor parte de su producción al mercado a granel, pero ha realizado en los últimos una apuesta importante por el embotellado, visible en marcas como Arenys o Veredilla en sus diferentes versiones de tinto, blanco y rosado, además de los espumosos. Calidad, tradición y una magnífica presentación definen unos vinos que van haciéndose hueco en los mercados.

El presidente calcula que “para la festividad del Pilar habrá ya muy poca gente vendimiando, siempre que el tiempo nos deje por supuesto”. Según cuenta, “las lluvias de la semana pasada apenas han afectado a la uva que sigue siendo de gran calidad”.

Al final le planteamos si entre los socios de la bodega también se va imponiendo la vendimia mecanizada y la respuesta es afirmativa. “Los socios van subiendo las viñas a espaldera y poco a poco las maquinas se imponen. Esto les evita también las dificultades por las que pasaban a la hora de contratar mano de obra”.