A Florentino Seguros le avala una trayectoria de buen servicio, seriedad y máxima confianza con sus clientes.  Una empresa familiar que fundó Florentino padre, el entrañable toledano que recaló en la Mancha y donde dejó una huella imborrable, no solo en el plano profesional, sino también en el humano.  La empresa es un ejemplo de diversificación y engloba funeraria, compañía de seguros de decesos, correduría de seguros, floristería y los tanatorios. Un planteamiento inteligente, fruto de la visión de un hombre que vio en esta formula la mejor manera de prestar el mejor servicio posible a sus asegurados.

En la entrevista  están presentes los hermanos David y Florentino García Casillas  y también Pepe Sánchez, el hombre que se que encarga del acompañamiento y asesoramiento a los familiares. Su función  define en gran medida la filosofía y método que se practica en la empresa. “Mi cometido es que los  familiares no se tengan que preocupar absolutamente de nada;  toda la documentación, la partida de defunción, las últimas voluntades, pensiones de viudedad y orfandad…en definitiva estamos pendientes de resolver todos los trámites que genera ese momento tan difícil para la familia y la verdad es que nos lo agradecen mucho”.

-¿Cuándo inicia la empresa su actividad en Tomelloso?

-Como empresa funeraria en Tomelloso llevamos desde el año 89 y con el tanatorio empezamos en el 98, nueve años después.  La verdad es que estamos muy satisfechos de  la andadura que llevamos en la ciudad. Desde que empezamos hemos ido creciendo todos los años, ya sea en en seguros o en servicios funerarios. Trabajamos en varias localidades, pero nuestro punto fuerte es Tomelloso. La compañía con la que trabajamos es La Europea que tiene su sede central en Madrid y formamos parte de su accionariado.

-El fundador dejó un legado de buenas enseñanzas que ustedes habrán aprovechado, ¿no es así?

-Está claro. Nos dejó claro que el hecho diferencial  sobre otros tanatorios tiene que ser trato exquisito al cliente, la cercanía, cuidar hasta el más mínimo detalle. La frase que más hemos oído es que hay que tratar a la gente como nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Creo que esa es la clave, tener esa especial sensibilidad y saber dar ese cariño que la gente necesita. Con mi padre mamamos esto desde muy pequeños. Fue un visionario del negocio asegurador y funerario. Lo que nosotros hemos aprendido en cursos, él lo hacía de forma natural. Fue un empresario hecho a sí mismo que tenía las ideas muy claras y que siempre daba pasos hacia delante. 

-Un negocio alrededor del inevitable final de la vida ¿funciona siempre o hay que pelearlo como todos?

-En este año 2020 se han vendido dos tanatorios de la provincia, uno en La Solana y otro en Daimiel, seguramente porque sus propietarios no han encontrado la rentabilidad que esperaban. No todo es tan sencillo como puede parecer a primera vista. Hay que hacer unas inversiones muy fuertes, tampoco hay servicios todos los días y hay un personal al que pagar.  El tanatorio forma parte del engranaje de una empresa mayor, como un servicio más que damos a nuestros asegurados.

-¿Cuántos tanatorios regentan actualmente?

-Contamos con los tanatorios de Tomelloso, Argamasilla de Alba, Ossa de Montiel, San Carlos del Valle y Villarrubia de los Ojos.

-Los tanatorios han sido la mejor respuesta a esa incomodidad que suponía celebrar los funerales en los domicilios particulares...

-El servicio se ha impuesto totalmente. Puede haber pueblos más tradicionales en los que alguien muy esporádico decida hacerlo en su domicilio, pero no hay color en cuanto a servicio y comodidad.

-Lamentablemente, las muertes aumentaron con la llegada de la pandemia. ¿Cómo vivieron ustedes esos momentos?

-Ha sido complicado. El miedo era continuo, primero por nuestros familiares y personas cercanas que podían verse afectadas por la enfermedad y también con mucha tensión. Nosotros trabajamos con mucha empatía con la gente y eso implica compartir también su sufrimiento. Ver como las familias no han podido despedir dignamente a los suyos ha sido muy duro. Muchas veces llegaba a casa y rompía a llorar. Ha sido muy duro.

-¿Cuántos trabajadores tiene la empresa?

-En la funeraria somos diez, pero a ellos hay que sumar todo el personal que trabaja en el sector asegurador.

-¿Piensan acometer algún nuevo proyecto en la empresa?

-Muchas veces hay más proyectos que dinero para  desarrollarlos (risas). Estamos a la espera de que nos autoricen la apertura de otro tanatorio en Puerto Lápice. Pero el proyecto en el que más ilusiones hemos depositado es en el de la construcción de un crematorio en Tomelloso.  La incineración se va imponiendo y cuando esté el crematorio todavía más. Nos da un poco pena que alguien que desee ser incinerado haya que llevarlo a otra población. Tomelloso es una ciudad con entidad suficiente para contar con este servicio. Esperamos poder hacerlo realidad.