Cuando hablamos de ella, hablamos de ese tipo de personas que tienen ganas de trabajar, que ante una candidatura de trabajo dan una importancia secundaria a los horarios y las vacaciones para centrarse en las posibilidades de superación, promoción, continuidad y en definitiva, muestran un interés alto por formar parte de la empresa que ahora te esta entrevistando.

Ahora no me tiréis piedras porque dejo en segundo plano el sueldo o el salario… no digo que no tenga importancia, sino que en una primera entrevista donde tu futuro jefe te conoce por primera vez, has de ser los suficientemente astuto e inteligente para mostrar tu perfil menos material para dar paso a tu lado cautivador. Lo que un entrevistador quiere ver en ti son tus ganas de trabajar, tu entrega al proyecto… deja por un momento las vacaciones y el dinero para una segunda ronda.

Nadie dice que no sea importante, pero si muestras mucho interés en ese tipo de cosas, puede ser un motivo por el que no tengan en cuenta tu candidatura.

En muchas ocasiones, la actitud esta unida a saber venderse. Entra en la entrevista con fuerza, muestra desde el inicio tus cartas y mira al pasillo, donde otros 10 como tú esperan para ser entrevistados.

En ese momento, pon toda tu actitud positiva en marcha y defiende tu candidatura lo mejor que puedas. La formula que te he dado anteriormente puedes transformarla en un momento de la entrevista en una sola frase: quizás no reúna todas las condiciones que solicitáis en la oferta o quizás aun no tenga todos los conocimientos adquiridos, pero lo que si aporto a este proyecto son una tremendas ganas de trabajar. No olvides después, desplegar una de tus mejoras sonrisas.

Créeme… ya tienes mucho ganado.