Aunque ya no es el director deportivo del Yugo-UD Socuéllamos y ha decidido tomarse un año sabático, nadie cuestiona la importancia que ha tenido Vicente Aguado Delgado en los años de mayor gloria del club del Paquito Jiménez. Imposible poner en duda la trayectoria de un hombre que se distinguió también en otros estamentos del fútbol, como árbitro primero y entrenando luego en categorías de escuela, juveniles y regional. Este todo terreno del fútbol acabó gestionando los fichajes de un Socuéllamos que ha vivido el mejor lustro de su historia. Un ascenso de preferente a tercera; el histórico ascenso a 2ª B, la promoción de ascenso a 2ªA y la clasificación para la Copa del Rey dos años seguidos no están al alcance de cualquiera, y en esos éxitos Aguado aportó mucho. Con él hemos quedado en un escenario que le gusta; la sede la peña Atlético de Madrid de Tomelloso, a donde acude cada vez que puede para compartir emociones con sus amigos colchoneros.
Con su
habitual talante campechano y optimista, nos metemos en faena de entrevista.
Hablar de fútbol con Vicente Aguado es una gozada. Con él hemos repasado, paso
a paso, la histórica etapa en el Socuéllamos.
¿Cómo se produjo su llegada al
Socuéllamos?
En la
temporada que Loren estaba al frente del equipo en 3ª división, Jordi me llamó
para que que fuera director deportivo. La temporada estaba más o menos en su ecuador
y los resultados no eran buenos. Yo le dije que no porque el equipo necesitaba
siete u ocho futbolistas y eso implicaba una revolución en un equipo donde
había gente con la que yo tenía mucha amistad. Me insistió mucho, pero le dije
que esperara a que terminara la temporada. El equipo descendió por arrastre, y
ya en ese verano empezamos a confeccionar el equipo de preferente.
Una preferente en la que el
Socuéllamos fue un auténtico ciclón….
Lo primero
que quise saber cuál era la idea de los directivos, el objetivo del club. Me
dijeron que se iba a mantener el presupuesto que se había tenido en tercera
para que el equipo estuviese arriba. A los primeros que me traje fueron a
Mensha e Ibra, que habían ascendido a tercera con el Talavera, pero no podían jugar
en esta categoría por los famosos papeles.
De Ibra ya tenía referencias. Les propuse el fichaje con el Socuéllamos,
les ofrecí casa y una ficha superior a la que tenían en el Talavera. También
nos trajimos futbolistas de Albacete, que a mi me gustan porque son
competitivos, y el equipo funcionó muy bien. Recuerdo partidos como el de
Motilla, donde a la media hora ya ganábamos 4-0, todos los goles marcador por los negritos, a los que
empezaron a seguir muchos técnicos y ojeadores. Fue un gran año.
Se sube a tercera y, evidentemente,
las categorías se notan, ¿hubo que cambiar mucho la plantilla?
Sí, claro.
Había quien decía que con un par de retoques el equipo funcionaría, pero decidimos que se fueran ocho futbolistas
y vino gente como Santi Cabeza, Javi Bolo, Lope, Pablo Buendía, Alfonso, Carlos
García, Bienve, Kike Domínguez…..y además logramos arreglar la situación legal
de Ibra y Mensha que siguieron con nosotros. Recuerdo partidos como el de
Villarrobledo, donde ganamos 1-2, y el
presidente rival pasó a nuestro vestuario a felicitar a los jugadores.
¿Pensaban ustedes que podrían luchar
por el ascenso?
Ese año el
mejor equipo era el Puertollano, estaba también el Talavera y algunos más.
Nosotros fuimos prudentes y dijimos que habría que intentar estar en el play
off, siempre recalcando lo de intentar. Pero el equipo carburó desde el inicio
y estuvimos todo el año apretando al Puertollano que fue el que se proclamó
campeón y ascendió a 2ªB, aunque no jugó en la nueva categoría por unos
problemas económicos que no pudo solucionar.
El equipo se acabó metiendo en una
promoción que fue inolvidable, ¿Cómo la recuerda?
Quedamos
segundos y en la primera eliminatoria nos tocó el Praviano, de Asturias. Como
era la Romería de Socuéllamos, y aunque jugábamos el domingo nos fuimos ya el
viernes por la mañana. Se portaron con nosotros espectacular, dejándonos las
instalaciones para entrenar y tratándonos de maravilla. Ganamos 0-1 y luego
aquí a los quince minutos marcaron ellos. Empatamos y luego ganamos 2-1. Nos ilusionó
mucho pasar esta primera eliminatoria. Luego nos tocó el Europa de Barcelona,
un gran equipo, con un campo en el centro de Barcelona, donde logramos igualar
a cero, aunque nos vinimos con la sensación de que podríamos haber ganado. En
la vuelta, la afición se volcó y ganamos el partido con mucha suficiencia, 2-0,
y pudieron caer más goles de no ser por la buena actuación del portero. También
tendimos buenos lazos de amistad con los directivos del Europa. Solo quedaba la
última eliminatoria. Fui al sorteo de Las Rozas
y yo lo tuve siempre claro cuando me preguntaban, quién prefieres, el
Linares, y sí puede ser el primer partido en casa. Nuestra meta no era
ascender, y yo sabía que la afición del Linares se había desplazado en masa a
Madrid para ver la eliminatoria con el Rayo B. Se trataba de hacer una gran
taquilla. Si juegas primero fuera y te meten cuatro no puedes hacer. Y esto fue
lo que salió. Marcamos dos goles y lo teníamos muy bien, pero un gol de ellos
al final nos complicó la eliminatoria. A Linares fueron 17 autobuses y muchos
coches particulares, más de mil personas, y el ambiente era terrible con
roturas de las lunas de algunos autocares. Yo le decía a los directivos del
Linares que los favoritos eran ellos, pero que fácil no lo íbamos a poner. El
equipo tuvo un comportamiento soberbio, muy serio, recuerdo el gran partido de
Vilchez, y la entrega de todos. Fue
tremenda la promoción que ganamos.
Pero los éxitos no acabaron aquí, en
segunda B el equipo dio la talla, cuando muchos pensaban que el Socuéllamos
sufriría mucho en la categoría…..
Celebrando
todavía el ascenso en los pasillos del campo del Linares, Jordi, el presidente,
me dijo, Vicente, ¿y ahora qué? Le di
rápido la respuesta. A disfrutar y a competir vayamos al grupo que vayamos.
Empezamos a confeccionar al equipo, nos quedamos con Santi Cabeza, Javi Bolo,
Kike, Carlos García, Jacinto y firmamos a Ocaña, Zurdo, Jesús García, Salva,
también a Calle del Albacete….Al principio nos costó, pero el equipo ofrecía
buenas sensaciones como ante el Castilla de Zidan, el Athletic B. Luego remontamos
al Atlético de Madrid B un partido que íbamos 0-2 y la segunda vuelta fue
espectacular, con el histórico triunfo en Valdevebas ante el Castilla, otra vez
con invasión de socuellaminos en las gradas. El equipo se lo acabó creyendo,
quedamos séptimos y nos metimos en la Copa del Rey.
Lógicamente hay que hablar de un
joven entrenador, que también fue pieza clave en la marcha del equipo…
La apuesta
por Angel García Cosín y todo su cuerpo técnico fue total. Lo conocía por temas
de trabajo y sabía que era un auténtico enfermo del fútbol, un técnico muy
preparado, a pesar de ser tan joven. Al año siguiente logró algo impensable,
meter al equipo en la promoción de ascenso a 2ª A, donde caímos con el Sevilla
Atlético, que luego fue uno de los que subió. Allí empatamos a uno, pero en
casa se nos notaron algunas bajas.
De los futbolistas que han ido
pasando por Socuéllamos, ¿hay alguno que le haya impresionado especialmente?
De los que
yo traje, me quedo con Kike Domínguez. Hay muchos equipos que lo quieren, pero
tiene dos academias en Albacete y no quiere irse lejos. Otro gran jugador fue
Álvaro Pérez, un central de 19 años de la cantera del Valencia, que lo jugó
todo. Otro sub-23 muy bueno fue Emilio Cubo, sin olvidar a Fran Hernández, que
lo trajimos cedido del Levante que era espectacular.
¿Qué ha podido fallar este año?
Se apostó
por futbolistas de calidad, algunos como Garmendia habían jugado en primera con
el Bilbao, que luego resultó ser un fiasco porque no rindió y a nivel de
vestuario hizo daño, con lo que hubo que
echarlo. Luego tuvimos la lesión grave de Javi Lillo, también la de Dieguito y
aunque hubo atisbos de reacción y nos reforzamos en el mercado de invierno con
varios delanteros, no pudo ser. Atrás perdimos solidez, porque Carlos García y
Jacinto han arrastrado problemas físicos casi todo el año, se nos lesionó el
portero titular…en fin un cúmulo de circunstancias que nos fueron condenando.
Luego cesaron al entrenador, algo con lo que yo no estuve de acuerdo, y de
hecho amagué con marcharme. El nuevo técnico, Rojo, no nos aportó nada. Es más,
al segundo partido de su llegada montó un número, y le echaron cuatro partidos,
algo que no me gustó nada. La educación deportiva debe estar siempre ahí.
Fichar es siempre una labor
peliaguda, ¿cuál es la clave para acertar?
Trabajar
mucho, llamar a mucha gente y tener siempre contactos de máxima confianza.
Ocurre también al revés, hay gente que me llama a mí preguntándome por
futbolistas y yo les informo y asesoro con la mayor honestidad posible. Pienso
que esta es la mejor manera de funcionar.
Y por último la la afición, vaya
respuesta tan espectacular que ha
tenido, ¿lo esperaba?
Estando
todavía en tercera división hicimos una campaña preciosa en los colegios para
captar aficionados jóvenes. Les propuse a los directores de los centros que
nuestros futbolistas fueran allí a dar charlas a los niños y les encantó la
idea. Los niños preguntaban a los futbolistas, éstos les firmaban unas foto que
habíamos preparado y después sorteábamos
unas camisetas entre todos ellos. De la
noche a la mañana, en la plaza y calles del pueblo se veía a los chavales
correteando con las camisetas del Yugo, algo que nunca se había visto. Insisto,
fue algo muy bonito que nos permitió crecer socialmente, porque luego los
chicos tiraban de los padres para ir a los partidos.
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Martes, 17 de Junio del 2025
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