Con motivo de la publicación de
mi artículo en este periódico Las modas
del lenguaje. "Perimetrando", un buen amigo y sin embargo atento
lector de Tomelloso, tras dedicarme sus
inmerecidos elogios e invitarme a que escriba sobre determinados giros y
expresiones al uso, me formula la
siguiente pregunta-reproche:
“Por último una pregunta que es por qué pluralizas y dices: vamos a
referirnos, hablaremos, y expresiones parecidas, cuando eres tú el único que está
escribiendo. Debo decirte que como me consta que es así, no me gusta que
abandones el singular sin ningún motivo.”
Efectivamente, salvo en un par
de ocasiones (La primera vez que los oí…
se me viene a las mientes)
utilicé el plural por el que me pregunta. (queremos referirnos…, a
nuestro juicio…, como el que vamos a exponer…, Utilizaremos…, Los que
hicimos… recordamos… no queremos alargarnos… y varios otros).
¿A
qué es ello debido, especialmente en un artículo que “presume” de ortodoxia lingüística,
tan apegado al Diccionario y a la corrección gramatical? ¿“Consejos vendo, que
para mí no tengo”?, ¿“Dime de lo que presumes y te diré de lo careces”? o ¿“Ve
la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”? me podrían reprochar ante
un incorrecto uso del plural.
No
es el caso. A pesar de que el mejor
escribano echa un borrón”, y yo, (“¡yo!”), echo
muchos, le expliqué a mi amigo,
el motivo del uso del plural en mi artículo.
Lo hacía con una anécdota
bastante antigua, ya que quiero recordar que es de la época del programa
televisivo La Clave. Le contaba que un
político rebatía acalorado un trabajo
periodístico de un sociólogo (callo el nombre de ambos, aunque los recuerdo)
que, como yo, se había expresado en
plural, más o menos con las siguientes palabras:
-“No se cansa de repetir: Opinamos, estimamos, sostenemos… Él ¿y quién
más? Que yo sepa lo sostiene él solo. No hay
quien con él opine de ese modo y si lo hay que lo nombre. ¿Quién se ha
creído que es para usar el plural mayestático? ¿El Papa?”
Nadie le
respondió. El aludido no estaba presente y no pudo hacerlo. Yo, que frecuentemente lo utilizaba en mis
trabajos técnico-jurídicos y de investigación, lo hubiera hecho, pero no era
cuestión de llamar al programa en defensa de un autor de mucho más prestigio y
medios que los míos. Ahora sí lo es.
Y aprovechando la facilidad que me viene otorgando este periódico, dándome voz, y generalizando y ampliando la respuesta que,
en privado, envié a mi amigo, a riesgo de que me tachen de maestro Ciruela (aquél
que no sabía leer y puso escuela), voy a
poner de relieve que en nuestro lenguaje, en nuestra Gramática y en nuestro
Diccionario, además del plural mayestático que el político achacaba al sociólogo, -la ignorancia es
atrevida, osada a veces- existe el denominado plural de modestia (pluralis modestiae) o plural de autor.
La Nueva gramática de la lengua española, al tratar de las
preferencias léxicas o morfológicas por el singular o el plural, y, en concreto,
de la preferencia por el plural, habla
del plural mayestático y del plural de modestia y dice -perdónenme la larga cita- que el primero es el que se refiere a un solo
individuo, como cuando el Papa expresa en plural sus propias afirmaciones A Nos ha
llegado la inquietud de… o cuando alguien se dirige al Rey Os
recibimos o a otras altas autoridades usando formas en plural. Se llama, en
cambio, plural de modestia, continúa
la Gramática, el que se usa para atenuar
lo categórico de juicios o apreciaciones expresadas en primera persona,
cuando el emisor se refiere en realidad a su propio pensamiento. El plural de
modestia es propio sobre todo de los textos científicos y de las expresiones
académicas.” Y, al tratar de las formas de los pronombres personales, dice que puede no haber coincidencia entre el
número gramatical y el designativo. En
efecto, un pronombre que por su forma y su concordancia presenta rasgos de
plural puede designar a un solo individuo. Así ocurre, por ejemplo, con nos por yo en boca del papa u otra alta autoridad en el uso hoy arcaizante
y muy restringido, llamado plural
mayestático. Mantiene vigencia, en cambio, el plural de modestia, que designa igualmente a un solo individuo.
También se llama de autor porque lo
emplean con frecuencia los autores de
las obras escritas cuando se refieren a sí mismos con el pronombre nosotros y la forma átona nos como en Lo
que nosotros nos planteamos en este libro es si…
Mas resumidamente, el DRAE nos
dice que plural de modestia es el empleado en lugar del singular por si este último pudiera indicar presunción, como
cuando un autor se refiere a su propia obra; p.ej., en En este trabajo sostenemos que
Tal vez haya llamado la atención que en estos
tiempos en los que crece el egocentrismo,
la arrogancia y el “yoísmo”, esa auténtica enfermedad de los que se esfuerzan por ser
reconocidos y admirados; se creen poseedores de grandes talentos o de
habilidades especiales; se centran en sus fantasías de poder, éxito o amor; no reconocen los sentimientos de los demás; reaccionan de forma excesiva ante las
críticas; se comparan con los demás y
sienten envidia e intentan utilizar a los demás en su propio beneficio,
(síntomas, según la ciencia, de este padecimiento) un escritor se oculte tras
el plural de modestia o de autor. Y ello, a pesar de figurar su nombre y
apellidos como único responsable de lo que en el escrito manifiesta. Como decía
don Juan Tenorio ante don Luis Mejía: “A esto don Juan se arrojó, /y escrito en
este papel /está cuanto consiguió: / y lo que él aquí escribió, / mantenido
está por él.”
Pero como le decía a mi querido amigo huyo
del “yoísmo” como del COVID-19.
El plural de modestia no deja de ser mi mascarilla. El expresar mis opiniones o pensamientos en primerísima persona, cuando puedo hacerlo bajo el plural de autor, me produce sonrojo, pudor
y me suena a petulancia. Con el plural de modestia me siento más cómodo, me quito protagonismo. ¿Falsa
modestia, acaso?
Nunca me han gustado los de “Yo soy, yo tengo, yo hago, yo gano, so
afirmo, yo opino, yo sostengo”.
Como anécdota, a un compañero
generoso en emplear estas expresiones, una vez, por Reyes, le regalamos un “yoyo”.
Como pueden advertir, y resalto,
todo cuanto antecede, para satisfacción de mi amigo, va en primera persona del
singular. En este caso son manifestaciones personalísimas en descargo de
lo que me achacaba y así viene a cuento, en tanto que no se trata de juicios,
opiniones o tesis.
Juan José Sánchez Ondal
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Viernes, 25 de Abril del 2025
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