Mientras las calles se llenan de luces y de color para poder
despedir, de una vez por todas, el año 2020, Reino Unido vuelve a sembrar el
pánico – que, por otra parte, nunca ha dejado de estar instalado en la sociedad
– con el hallazgo de una nueva cepa de la COVID-19, aparentemente, mucho más
contagiosa y que ya ha provocado que territorios como Países Bajos, Francia,
Alemania o Bélgica cierren fronteras con el ex socio díscolo de la Unión.
El temor de un nuevo confinamiento domiciliario se vuelve a
instalar mientras vemos que, desde el pasado mes de agosto, todas las
restricciones que se han impuesto a la ciudadanía han llegado para quedarse.
Sin embargo, hay otra pandemia que asola a la ciudadanía. No
solo española, sino de la Unión Europea. La salud mental y la soledad. Ambos
siguen siendo un tema tabú en nuestra sociedad. Así, parece que aquello de lo
que no se habla, sencillamente, no ocurre.
Para ilustrar estas problemáticas, vamos a exponer unas
cuantas cifras que ayudarán a entender su magnitud (LA VANGUARDIA, 2019)[1]:
·
El suicidio supone la
segunda causa principal de defunción en el grupo de edad entre los 15 y los 29 años
·
Cada dos horas y media se
suicida una persona en España, esto es, 10 personas al día
·
Más de 8 000 personas
intentan quitarse la vida al año – casi mil, mayores de 70 años
·
Los sentimientos de
soledad se incrementan con la edad. El 27% de las personas de 65 a 69 años dice
sentirse solas, porcentaje que asciende al 36% entre las mayores de 80 años
(IMSERSO, 2000)[2]
·
Más
de 850.000 personas mayores de 80 años viven solas en España (EL PAÍS, 2019)[3]
·
Cerca
de cinco millones de personas han afrontado el confinamiento en soledad, dos de
los cuales son mayores de 65 años (LA VANGUARDIA, 2020)[4]
Sumemos al cóctel la situación de
dependencia que sufre gran parte de las personas mayores. Quizás la muerte no
sea su único miedo. Desde marzo, se ha sumido a un amplio porcentaje de
ancianos/as de nuestro país en una peligrosa rutina donde el contacto familiar
se ha reducido a breves videollamadas y, en los mejores de los casos, breves
contactos a través de un cristal.
Muchos/as de ellos/as se preguntan
si han sido abandonados por sus familiares. Otros/as, directamente, han
olvidado las caras de estos y/o sus nombres. Un tercer grupo, aguarda con
resignación una modificación de medidas que les permita disfrutar de sus «pequeños
vicios»: una copita de vino y echar la Quiniela.
El destino que el coronavirus y la
clase política les tiene deparado parece implicarles quedarse postrados en una
silla contando las horas que les quedan de vida. Desde el pasado mes de marzo,
donde la incontrolable situación de la COVID-19 se llevó por delante la vida de
más de 24 000 mayores en residencias (RTVE, 2020)[5],
gran parte de las centros de residentes de nuestro país han establecido un
férreo blindaje que restringe y limita una de las ilusiones que nuestros
mayores tenían y tienen. Existen
fórmulas, pero faltan ganas e iniciativas.
El bienestar físico, psíquico y
psicológico de las personas mayores está en grave peligro. Ansiedad, insomnio,
depresión, tentativas de suicidio, soledad, sentimiento de culpa, estrés y
angustia son algunos de los males que están padeciendo en la actualidad.
Importa el envejecimiento activo (de
hecho, la Unión Europea reconoció al año 2012 con esta denominación), pero
también debemos prestar atención a la calidad de vida de las personas más
vulnerables.
El pasado mes, el coordinador del Observatorio de la Salud del Principado de Asturias, Mario Margolles, apuntó lo siguiente: «la introducción del virus (en los centros de mayores) se hace a través de los trabajadores», indicando que «no se ha detectado ninguna infección fruto de visitas, que cumplen "estrictos protocolos de seguridad"» (20 MINUTOS, 2020)[6].
No olvidemos que al hablar de nuestros mayores no hablamos de seres inertes, sino de personas. Con sentimientos, con anhelos, con ilusiones. Que ríen, que lloran, que sufren. Esta condición, durante la pandemia de la COVID-19, se está olvidando. Evitemos que esta Navidad deje de tener luz para muchas personas.
Por Mario Villamor Nodal, técnico de Europe
Direct Ciudad Real
[1] LA VANGUARDIA (2019). Cada dos horas y media se suicida una persona
en España, La Vanguardia. Recuperado
de: https://www.lavanguardia.com/vida/20190909/47260236571/dia-mundial-prevencion-suicidio-espana.html
[2] IMSERSO (2000). Boletín sobre el
envejecimiento: la soledad de las personas mayores, Imserso. Recuperado de: https://www.imserso.es/InterPresent2/groups/imserso/documents/binario/boletinopm3.pdf
[3] SOSA TROYA, M. (2019). Más de 850.000 personas mayores de 80 años
viven solas en España, El País.
Recuperado de: https://elpais.com/sociedad/2019/04/02/actualidad/1554207493_844264.html
[4] LA VANGUARDIA (2020). Casi cinco millones de personas se enfrentan
al confinamiento en soledad, La
Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/vida/20200402/48272986926/casi-cinco-millones-de-personas-se-enfrentan-al-confinamiento-en-soledad.html
[5] RTVE (2020). Radiografía del coronavirus en residencias de ancianos: más de 24.500
muertos con COVID-19 o síntomas compatibles, RTVE. Recuperado de: https://www.rtve.es/noticias/20201219/radiografia-del-coronavirus-residencias-ancianos-espana/2011609.shtml
[6] 20 MINUTOS EP. El virus entra en las residencias de mayores a través de los
trabajadores, según el Principado, 20
Minutos. Recuperado de: https://www.20minutos.es/noticia/4475896/0/el-virus-entra-en-las-residencias-de-mayores-a-traves-de-los-trabajadores-segun-el-principado/
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Martes, 23 de Abril del 2024
Martes, 23 de Abril del 2024
Martes, 23 de Abril del 2024