Estos días andar se ha
convertido en un obligado, generalizado y saludable ejercicio sustitutorio de
quienes frecuentan a diario los gimnasios, clausurados estos días por culpa del
bichito de marras. Andar, caminar, correr, moverse…cada cual según sus fuerzas
y forma de ser.
Dime cómo andas…y sabré quien
eres, que los andares demuestran la forma de ser de cada uno; es la teoría que
practicaba el responsable de recursos humanos quien comenzó su carrera
profesional como botones en una importante entidad financiera y llegó a ser
director general de personal. El despacho era alargado y su mesa se encontraba
situada al fondo; pues bien, este directivo se jactaba de saber cómo era la
persona a entrevistar antes de cruzar palabra, que sus andares ya lo habían identificado.
Dime cómo andas…que cada cual
tiene un andar personal e intransferible, como huella exclusiva de su paso por
esta vida. Porque han sido las huellas las que nos han permitido saber la
identidad de los seres vivos ya extinguidos y de nuestros antepasados, que los
hombres primitivos caminaban siempre descalzos dejando así sus marcas como un
ancestral carnet de identidad gracias al cual podemos hoy reconocerlos. Unas
huellas pedestres que desde hace doce siglos se encuentran escondidas tras
otras mucho más impersonales, las suelas de los zapatos.
Los hay que antes de dar el
primer paso, adelantan la otra pierna tanteando el escenario, temerosos de que
algún imprevisto los haga saltar en mil pedazos; son quienes antes de tomar
alguna decisión, que piensan y piensan como si no quisieran llegar a ningún
lado.
Existen sin embargo quienes caminan
tan deprisa que nunca tienen en el suelo ambos zapatos, personas que parecen
van a solucionar algún desaguisado, gente decidida que encuentra soluciones
hasta en los problemas no creados.
También están quienes caminan
dando saltos…cual infancia prolongada, en aquellos años en los que saltábamos y
nos metíamos en todos los charcos que en las calles de Ciudad Real y por
entonces abundaban…
Maneras de andar, formas de
ser…que los años se encargan de igualar con esas plantillas que procura la serenidad
de la experiencia, la falta de fuerzas, suplidas con bastones, muletas y
cayados, que bueno está mientras podamos andar siquiera un par de pasos.
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Miércoles, 21 de Mayo del 2025
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