“Los días de lluvia son los mejores para los fotógrafos por la luz suave, que no produce sombras marcadas ni reflejos”.  Se lo dice Inma Chacón a los periodistas de La Voz en nuestro encuentro en la plaza de España para analizar la exposición de Cristina García Rodero. Y el momento le da toda la razón;  este día nublado y lluvioso resalta todavía más la belleza de las fotografías que Cristina García Rodero captó con el objetivo de su cámara en la India y que lucen esplendorosas en el centro de Tomelloso. Otros detalles de esta magnífica exposición  tampoco pasarán desapercibidos para Chacón, inquieta fotógrafa que regenta el estudio “Recuerdos de papel”, profesional de entrega y vocación  que no para de emprender proyectos.

Asegura que uno de los grandes aciertos de Cristina García Rodero ha sido decantarse por el color. “Otro fotógrafos que trabajan en este tipo de entornos se inclinan por el blanco y negro intentando mostrar una realidad que no coincide con lo que nosotros vemos.  Y no lo acabo de entender, porque el mundo es en color, no en blanco y negro”. 

Inma Chacón conoce bien la exposición que la Fundación La Caixa ha traído a Tomelloso porque ha tenido oportunidad de verla también en otros lugares. “Esta mujer ha hecho un trabajo espectacular, tanto en los retratos como en los diferentes entornos que se enmarcan: los hospitales, las calles, las casas, la escuela…La gran protagonista es ella por su visión para captar esas imágenes, pero también hay que elogiar a su equipo editor por el trabajo realizado. En la fotografía digital  tienen gran importancia los editores por el contraste y el color precioso que han obtenido. Las fotografías se han editado de una manera impecable”.

Chacón cree que la fotografía es un medio ideal para reflejar diversas situaciones de denuncia social, como  hizo García Rodero durante su estancia en la India. “Está claro. Un documental te tienes que sentar a verlo. Pero aquí lo ves todo mientras caminas, y tu cerebro va absorbiendo toda la información. Ella hizo un trabajo concienzudo, en el que se ve claramente la diferencia entre las fotos que captan determinados momentos y otros retratos que están preparados, pero todo con la elegancia y el estilo incomparable con que trabaja esta mujer”.

Le pedimos que nos diga que fotografía le gusta más e Inma Chacón tiene clara su elección. “La primera que vi esta exposición en Toledo, me enamoré de la que aparece en los carteles. Esta composición en el que aparecen dos jóvenes, junto a una tela de un azul intenso que le da mucha fuerza. La mirada de esas jóvenes te introducen al mundo en el que ellas están, aunque tú no estés allí”.

Recorremos los pasillos de la exposición, embriagados por los vivos colores y las composiciones de Cristina a la que Chacón otorga la valentía y el valor “de dedicarse a la fotografía en una época en la que no era fácil, porque era algo lujoso y caro, y además era mujer. Pero peleó por mostrar su talento artístico y consiguió unas becas que le permitieron hacer lo que le gustaba. Sus trabajos sobre las fiestas populares le permitieron aprender ese lado humano que tan bien refleja en sus retratos. Es un deleite admirar la obra de esta artista que, además, es manchega”.

Gran labor de Fundación La Caixa

Chacón valora también el escenario de la exposición y la decidida apuesta por la Cultura de la Fundación organizadora. “Con La Caixa hay que quitarse el sombrero, porque todas sus exposiciones, las haga donde las haga, merece la pena ir a verlas. Cuando viajo o estoy de vacaciones y me entero de alguna exposición de La Caixa es una cita que nunca me pierdo. Hace una labor estupenda y diversa, porque hace muchos tipos de exposiciones que te acercan a cosas que no podrías ver de otro modo”, señala.

Llega el momento de hablar de la propia Inma Chacón que, vengan los tiempos como vengan, mantiene siempre activo su espíritu creador y que no se doblega ante nada por muy mal que vengan las circunstancias. “La situación que vivimos nos ha hecho reinventarnos a todos un poco. Aunque en mi caso, he regresado un poco a lo que siempre me ha gustado que ha sido el retrato. Como las bodas están un poco en stand by, puse en marcha unas jornadas de retrato en blanco y negro que van ya por la cuarta edición. A la gente le está gustando mucho, además tuve la suerte de que una de las fotos fue nominada para un certamen nacional, solo nominada, pero bueno ahí estaba”.

La fotógrafa confiesa sentirse muy a gusto en el género del retrato. “Me siento muy cómoda en el estudio y me alegra mucho que tenga tanta aceptación”. Al final, agradece la labor de los periodistas “por acercar la cultura a la gente” y felicita a Cristina “por estar donde está. Es cierto que en su época era muy difícil, aunque hoy es tan complicado o más que entonces porque en las redes sociales, solo en unos cuantos segundos, son muchas las personas con talento las que aparecen y es como un banco de peces en el que resulta complicado destacar”