La fuerte defensa local impidió una de las mejores virtudes de los vistantes: las rápidas circulaciones de balón para encontrar buenas posiciones de tiro por fuera. Todo el mundo se vació y los buenos tiradores capitalinos no pudieron lanzar con comodidad. Al 53-37 con el que se llegó al descanso daba fe del buen encuentro de los tomelloseros, prestos también en las capturas de los rebotes y algo importante, sin las pérdidas de balón que tanto le han penalizado en anteriores encuentros.

Pero tres triples de Ciudad Real en el inicio del tercer cuarto anunciaron que la victoria habría que pelearla hasta el final. Se acercaban los capitalinos, 59-50, se alejaba otra vez en el marcador el Atlético Tomelloso, 67-52 y otra vez reducían diferencias los vistantes que acabaron el tercer cuarto solo cuatro puntos por debajo, 67-63. El partido había entrado en una dinámica algo más alocada y los dos equipos se mostraban irregulares en sus ataques.

El último cuarto se inició con intercambio de triples y el marcador siguió ajustándose. A cuatro minutos y medio del final, el electrónico reflejaba un 78-74 que auguraba final de infarto. Cada canasta valía su peso en oro y a tres minutos del final el marcador reflejaba un empate a 81 que lo dejaba todo en el aire. Tras varios ataques fallados por los dos equipos, Paco Ramos asumió la responsabilidad convirtiendo un triple que era casi el partido. Y no era fácil ese lanzamiento porque tenía muy encima al defensor. El mismo Ramos anotaría los dos últimos puntos del partido en dos tiros libres que pusieron el definitivo, 86-81. Victoria muy celebrada por los locales, por ser la primera  y muy justa. Las apreturas finales del marcador tienen fácil explicación: enfrente hubo un buen equipo que fue de menos a más en el partido.