Opinión

Luisa de Medrano, primera mujer en una cátedra de universidad (1484–1527)

Luis Núñez Burillo y Ginel de Medrano | Lunes, 8 de Marzo del 2021
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Luisa de Medrano pertenecía a una ilustre familia de la alta nobleza castellana (Medrano, Barnuevo, Salvador y Chanciller, miembros de los Doce Linajes de Soria) y navarra (Medrano y Almoravid, regentes del reino de Navarra durante la unión dinástica con el reino de Francia) que vivía en la ciudad de Soria y en el castillo de San Gregorio (Soria). Su padre, el caballero don Diego López de Medrano y de Medrano, señor de San Gregorio y progenitor de los condes de Torrubia (unidos en matrimonios con los duques de Villahermosa, marqueses de Villamayor, marqueses de Salamanca, duques de Sotomayor y duques de Alba), murió en agosto de 1487 en la batalla del cerco y toma del castillo de Gibralfaro a las órdenes del rey Fernando el Católico durante la reconquista de la alcazaba y la ciudad de Málaga al rey nazarí de Granada Muhammad XI Boabdil el Chico en el periodo de mayo a agosto de 1487 de la guerra de Granada. Su madre, doña Magdalena Bravo de Lagunas, era tataranieta de don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno (progenitor de los duques de Medina-Sidonia) y procedía de Berlanga de Duero (Soria) y Atienza, era hija del alcaide de las fortalezas de Atienza y Sigüenza y prima hermana del capitán comunero de Segovia, don Juan Bravo de Lagunas y de Mendoza (sobrino de la política comunera doña María Pacheco y de Mendoza). Los padres de Luisa de Medrano tuvieron nueve hijos, siendo Luisa la séptima de ellos, nacida bien en Soria o bien en Atienza en 1484.

Al recibirse en la Corte la noticia de la muerte del gran caballero don Diego López de Medrano en la ardua y cruenta batalla de Málaga, la reina Isabel la Católica escribió de su propio puño y letra, en nombre suyo y en el del rey Fernando el Católico, una carta personal para dar el doloroso pésame a doña Magdalena Bravo de Lagunas, siendo, a partir de ese mismo momento, Luisa de Medrano, sus hermanos y su madre acogidos y protegidos por los Reyes Católicos y trasladándose a residir en la Corte. Fue Isabel la Católica la que se encargó de la educación y el porvenir de los hijos de doña Magdalena Bravo de Lagunas y su difunto marido.

Especial atención dedicó la Reina a la educación y formación de Estado de su único hijo varón, el príncipe Juan, como a la educación y formación humanista de sus hijas, las Infantas, con las puellae doctae (doncellas doctas, es decir, jóvenes sabias), hijas de los nobles de la Corte, educadas en la Escuela Palatina por humanistas italianos y castellanos, como Diego de Deza, Elio Antonio de Nebrija y Pedro Mártir de Anglería, entre las que se encontraban Luisa de Medrano y sus hermanas junto con sus hermanos varones. Tenían una educación en lectura, escritura, música, canto, danza, natación, esgrima, arco, ballesta, escribir y hablar en latín, oratoria, ajedrez y juego de pelota.

Los Reyes Católicos visitaron con frecuencia la Universidad de Salamanca y la protección de Isabel la Católica hizo posible que Luisa de Medrano diera clase públicamente en las cátedras de Leyes y Gramática de la Universidad de Salamanca desde los 24 de años de edad a partir del curso académico 1508-1509 durante las ausencias de Elio Antonio de Nebrija, catedrático de Gramática trasladado a la Universidad de Alcalá por el cardenal Cisneros, y de Jerónimo Álvarez de la Carrera, catedrático de Cánones. Su hermano Luis de Medrano fue rector de la Universidad de Salamanca en 1511 y 1512.

El testimonio de la anotación manuscrita de Pedro de Torres en su obra Cronicón, dice que “el día 16 de noviembre de 1508, la hija de Medrano lee en la cátedra de Cánones”.

Y el testimonio de Lucio Marineo Sículo, humanista italiano que fue catedrático de la Universidad de Salamanca durante trece años y quien la conoció personalmente (llamándola Lucía en sus obras por error), afirma que Luisa de Medrano fue una joven mujer que aventajaba a todos los hombres sabios de España en los conocimientos y el dominio del latín y la cultura clásica, hablando y escribiendo brillantemente la lengua latina:

“Ahora por fin sé que la naturaleza no ha negado a las mujeres el talento, lo que se comprueba en nuestra época, sobre todo, gracias a ti [Lucía de Medrano], que en letras y elocuencia sacas tu cabeza por encima de los hombres, tú, la única muchacha y tierna joven que en España atiende con diligencia y afán no a la lana sino a los libros, no al huso sino al cálamo, no a la aguja sino a la pluma.” (año 1514)

“En Salamanca conocimos a Lucía de Medrano, joven elocuentísima. A la cual oímos no solamente hablando como orador, más también leyendo y declarando en la Universidad de Salamanca libros latinos públicamente.“ (año 1530)

Son muchos los documentos del archivo de la Universidad de Salamanca que fueron destruidos y quemados por la Inquisición a la muerte de la defensora del Humanismo en España, la reina Isabel la Católica.

La historia de Luisa de Medrano refleja el ambiente intelectual de la época: el pensamiento liberal y humanista de la Universidad. En medio de las sombras de la Edad Media, aparecen paulatinamente las luces del Humanismo reivindicando un cambio en el papel de las mujeres en la sociedad y los personajes de mujeres como Luisa de Medrano en la Universidad de Salamanca, Francisca de Nebrija en la Universidad de Alcalá (h. 1474-h. 1523), la dramaturga Feliciana Enríquez de Guzmán (h. 1580-1ª mitad del s. XVII), la escultora Luisa Ignacia Roldán la Roldana (1652-1706), la matemática Álvara de Alba de Vitigudino (s. XVI), la escritora y poetisa Christine de Pizan (1364-1430) y lady Ada Byron Lovelace (1815-1852; hija de lord Byron y matemática que creó el primer algoritmo para ser procesado por una máquina) conectan perfectamente con las aspiraciones del movimiento feminista y sus reivindicaciones en igualdad de derechos y oportunidad de la actualidad.

De Luisa de Medrano no se ha conservado ningún texto escrito suyo, sólo tenemos los testimonios de los que la conocieron o compartieron la enseñanza en la Universidad de Salamanca. Su retrato en óleo sobre tabla, sin que se conociera su autor y que reflejaba su fisonomía, se cita entre en los archivos de la biblioteca de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (antigua Universidad de Alcalá), se haya desaparecido, desconociéndose en la actualidad su paradero o si se perdió con los acontecimientos de la convulsa Historia de España en el siglo XIX o XX. Fue la historiadora alemana Therese Oettel la primera persona que investigó, viajando ex profeso de Alemania a España, la figura e historia de Luisa de Medrano consultando archivos nacionales y fuentes bibliográficas y publicando en 1935 su novedoso y completo trabajo de investigación historiográfica en el Boletín de la Real Academia de la Historia.

En el año 1943, el Ministerio de Educación Nacional concedió, a propuesta del Claustro del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Salamanca, femenino, que este Instituto fuese denominado con el nombre de “Lucía de Medrano”. El día 12 de octubre de 2015, el Rectorado y la Universidad de Salamanca acordaron que el Salón de Claustros de las Escuelas Mayores de la Universidad llevase el nombre de “Lucía de Medrano” como dedicatoria a la primera mujer catedrática de España y Europa. Y en el mismo año 2015, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha creó el Premio Internacional de Castilla-La Mancha a la Igualdad de Género “Luisa de Medrano”, concediéndose con carácter anual desde 2016 por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha con el objetivo de distinguir a aquellas personas, colectivos, entidades o instituciones que han destacado o destaquen en la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres.

Una línea de su descendencia de apellido Medrano y Mendoza de Borbón (condes de Coruña y duques de Borbón-Pares de Francia, marqueses de Santillana y duques del Infantado), formada intelectual y académicamente en la Universidad de Salamanca en Derecho Civil y Derecho Canónico como futuros corregidores, jueces y consejeros en los diferentes Consejos de la Corona, originaria de Soria y Viana y procedente de los castillos de San Gregorio y Barajas de Madrid, se estableció y avecindó, primero, en Ciudad Real (Medrano & Treviño de Loaisa Muñiz, reconquistadores de Alarcos en 1212 con Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Las Navas de Tolosa y señores del mayorazgo de la Torre de la Galiana y continos de los Reyes Católicos) y en Daimiel al ser alcaldes mayores de esta Villa y Partido y Gobernadores y Justicias mayores de la Orden de Calatrava (uniéndose Medrano generacionalmente en matrimonio con las nobles familias daimieleñas y almagreñas de Garnica, Rotolo/Rótulo [de Milán], Carrillo de Albornoz, von Schüren/Juren y Schedler/Jedler [de Colonia y Kempten-Baviera, Alemania] y Calderón) y, después, en Argamasilla de Alba (Medrano & de Barrios y Pacheco de Anaya, notarios y secretarios del Ayuntamiento y señores del mayorazgo de la Casa de Medrano, fundado por don Jorge Pacheco y doña Ana de Anaya a finales del siglo XVI) y en Toledo (Medrano & Vázquez de Ribadeneira, Mariscales de Castilla y señores de Caudilla y Novés) y, finalmente, en Tomelloso (Ginel na h-Alba von Leuchtenberg y de Medrano & de Ugena Mondragón).


Luis Núñez Burillo y Ginel de Medrano

(XVI nieto de Luisa de Medrano)

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