La cogida de
Machaquito, descrita en la anterior crónica, no fue, por desgracia, la única ocurrida en el antiguo coso
tomellosero. Así el 7 de junio de
1917 (de nuevo en la festividad del
Corpus) fue cogido aparatosamente el novillero Antonio Mayor “Mayorito”, aunque las consecuencias, milagrosamente, no fueron trágicas.
Ese mismo
año, pero en los festejos de septiembre, se llevó a cabo una exitosa novillada con la participación de los
jóvenes Belmontito y Blanquito. Como vemos las arcas municipales en esta ocasión no estaban boyantes y los festejos
eran de inferior nivel a los de otros
años.
En 1920, el cartel taurino de agosto estaba compuesto por una gran corrida (día 3 de ese mes) para los espadas Francisco
Martín Vázquez (padre del famosísimo Pepín Martín
Vázquez “Currito de la Cruz”), Luís Freg y Saleri y, al día siguiente, una
novillada con la participación de Posada II y el
hermano del legendario Belmonte.
La corrida del día tres sería nuevamente recordada por la cogida
grave de uno de los matadores. Fue el caso de Freg, que
en su primer toro terminó con una grave cornada en el muslo derecho. El festejo lo finiquitaron los otros dos
espadas que “rivalizaron en filigranas y quedan admirablemente en los restantes
toros. Fueron muy ovacionado y
Vázquez recibió una oreja”.
Era la plaza de toros de Tomelloso un gran marco donde muchos jóvenes ganaderos intentaban ofrecer su ganado
como antesala a plazas consideradas de más nivel.
Así ocurrió con el ganadero Don Francisco Trujillo de Miguelturra que en 1920 presentó cuatro de sus animales en una
novillada en Tomelloso los cuales “dieron muy
buen juego”. Gracias a la imagen de sus reses en este festejo
consiguió que el siguiente año se lidiara una novillada, ni más ni menos, que
en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid.
Las críticas al ganadero fueron muy positivas siendo considerado “uno
de los más escrupulosos que
se dedican a la cría de
reses bravas”.
Como ya vimos anteriormente, a veces el espectáculo que se sucedía en la arena no dejaba de ser un esperpento. Un ejemplo lo tenemos el 30 de mayo de 1921 cuando “la novillada resultó pródiga en accidentes”. Los animales eran de la ganadería de Félix Sanz y los encargados de su lidia fueron los novilleros Montañesito y Madriles. Ambos no se escaparon de sufrir percances y mientras Montañesito recibió una cornada grave Madriles también fue volteado, así como lo fueron peones y banderilleros. El final del festejo no pudo ser más surrealista y la Guardia Civil tuvo que matar al último novillo en los corrales. Para la feria de 1924, los días 11 y 12 de septiembre los festejos fueron los siguientes:
En
1928 un nuevo torero forma parte del cartel taurino en Tomelloso del mes de septiembre conquistando el corazón de los
aficionados tomelloseros. Fue Francisco Vega
de los Reyes “Gitanillo de Triana” también llamado “Curro Puya” que compartió cartel con el conocido Luís Fuentes “Bejarano”.
En 1929 se realiza una de las corridas cuyo cartel era de los mejores que se podían conformar a nivel nacional. Ni más ni menos que Marcial Lalanda (el de la famosa letra del pasodoble “Marcial tú eres el más grande”) y Manolo Bienvenida (segundo de la dinastía “Bienvenida”, cuyo padre ya toreó en la localidad a principios del siglo XX). La crónica de la corrida fue la siguiente:
En otras ocasiones la naturaleza era la que rompía los esquemas en los festejos organizados en Tomelloso
Por ejemplo, el 10 de septiembre de 1930, y debido al fortísimo temporal que asoló la comarca se hubo de suspender los eventos taurinos.
El cartel para el día grande era de gran nivel pero esta vez la famosa frase “si el tiempo no lo impide” tuvo más relevancia que nunca y al final la corrida tuvo que ser suspendida.
Los aficionados tuvieron, esta vez, que quedarse con el recuerdo
de la novillada acaecida el 24 de
Julio anterior donde uno de los novilleros Vicente Martínez el “Niño de Haro” fue ovacionado continuamente y sacado a hombros.
Para quitarse el mal sabor de boca por la suspensión, quedó el
espectáculo del día siguiente. El día 14 de septiembre a las 4 de la tarde
se celebró el espectáculo taurino donde
se lidiaron “tres becerros de la acreditada ganadería de Don Luís Vera, por la cuadrilla cómica del auténtico LLAPISERA y por la célebre banda de
El Empastre”.
Evidentemente, tras un éxito rotundo los novilleros o grandes espadas eran solicitados por los aficionados para volver a participar en los festejos en fechas posteriores. Así, tras el éxito del “Niño de Haro”, al año siguiente, volvió a participar en un cartel taurino de la localidad.
En esta ocasión estuvo acompañado por los novilleros Perete y Corrochano (que luego siendo torero pasaría al recuerdo por estar en la corrida donde Ignacio Sánchez Mejías perdió la vida en la vecina Manzanares), pero esta vez todos los novilleros pasaron con más pena que gloria.
Observamos la detallada crónica de aquel festejo:
Del novillero Perete,
podemos contar una anécdota. Su nombre completo
era Manuel Zarzo Hernández y
había nacido en Granada en 1910. Fue en 1930 su más completa temporada taurina con 31 novilladas, pero a partir de
aquí su descenso fue acentuado y en
1935 sólo toreó tres novilladas. Posteriormente en 1936, su biografía experimenta un trágico giro y durante
décadas se le implicó en el asesinato, el 19 de agosto de 1936, del gran poeta Federico
García Lorca.
Completaba la oferta taurina para esas fiestas de 1931, la tradicional novillada.
La estirpe torera de los Bienvenida, tan estrechamente ligada a la historia de la tauromaquia en Tomelloso y con brillantes actuaciones en la plaza de la localidad, tuvieron con su nombre una peña taurina en el pueblo. Fue fundada por el profesor del antiguo Colegio de los Curas y funcionario de Telégrafos, don José Fernández Amores, y durante los años 1933, 1.934, 35 y 36 que tuvo su sede en la calle Galileo.
El 24 de Julio de 1932,
un nuevo episodio trágico-cómico sucedió en la plaza de toros de localidad. De nuevo el festejo esperado dio paso a un
episodio que difícilmente se olvidaría
en la memoria de los presentes aquellas tardes. Se lidiaban novillos del
ganadero Santiago Irala de Almodóvar
del Campo. Los novilleros fueron Raimundo Tato, Manuel de la Cruz y
el “Niño del Barrio” que fue el héroe de la
tarde cortando una oreja.
Sin embargo, lo sucedido con la cuarta la res fue inolvidable.
Cuando Tato lo toreaba de muleta
saltó limpiamente a uno de los tendidos de sombra, atestado de público, que empezó a correr en todas las direcciones.
El animal subió el graderío hasta la Presidencia volviéndose bruscamente y volteando a una señora sin
consecuencias. Embistió a uno de los
aficionados, José Vicente López, que se defendía aferrándose a las astas del
toro, mientras que más personas
cogían al animal del rabo para impedir que se ensañara con el aficionado. El torero Raimundo Tato subió
al tendido e intentó matar al animal clavándole varias veces el estoque. Como el toro seguía en pie, el propio alcalde
Don Urbano Martínez se acercó a la cabeza del toro
disparándole tres balazos con su pistola que
acabaron con el animal.
El público ovacionó entusiasmado al alcalde que tuvo que bajar al ruedo, dar la vuelta de honor y recibir el rabo y las dos orejas del astado. Al final entre los heridos estaban Don José Alcalde, Secretario del consistorio local, y uno de los banderilleros. Varias mujeres sufrieron síncopes sin importancia.
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Martes, 23 de Abril del 2024
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