El sol de la recién estrenada primavera  entra por los ventanales y realza las elegantes formas clásicas del palacio de la Diputación Provincial. Funcionarios y ciudadanos de a pie se cruzan por los pasillos, mientras los periodistas de La Voz de Tomelloso esperan para ser recibidos por el presidente, José Manuel Caballero, que apura los últimos instantes de una reunión, y cuya imagen aparece en una gran pantalla del vestíbulo principal. Con puntualidad suiza, a las doce del mediodía, se produce el encuentro. El presidente nos invita a tomar asiento en el tresillo de su despacho. Elementos clásicos y modernos se combinan en la estancia en la que destaca un tapiz con el escudo de la provincia, una fotografía del Rey, Felipe VI, y una foto dedicada del presidente regional Emiliano García-Page. 

No tardamos en ponernos en faena de entrevista con el hombre que se encuentra en el ecuador de su segunda legislatura como presidente de la institución provincial. Seis años lleva ya al frente de la Corporación provincial, pero ninguno de ellos ha revestido la complejidad del último por la irrupción de una pandemia que ha alterado todos los planes y programas. 

-¿Cómo ha vivido el presidente de la Diputación el año de la pandemia?

-Ha sido un año duro, tanto en lo personal como en el ámbito de la gestión pública. Personalmente lo he pasado mal, soy hipocondriaco y los primeros meses tuve un miedo terrible  ante lo que pudiera ocasionar esta enfermedad desconocida , además del mazazo que suponía enterarte de fallecimiento de personas conocidas de un entorno más o menos cercano. Y desde el punto de vista de la gestión, tras el inevitable bloqueo inicial, rápidamente nos pusimos en marcha para dar respuesta. En la parte sanitaria había que dar soporte a todo lo que nos pedía el Gobierno regional, ya fuera en disponibilidad de infraestructuras  y en dotar de liquidez a los Ayuntamientos, que como administración más cercana, tenía que dar respuesta a los problemas planteados como la fumigación de calles, adquisición de medios de limpieza, desinfectantes, ayudas de todo tipo…que eran gastos que no estaban presupuestados. Sacamos varios planes Covid de un millón de euros.

-La crisis sanitaria desembocó en una crisis económica que también hizo redoblar esfuerzos a las administraciones públicas, ¿no es así?

-Claro. Era de vital importancia inyectar recursos a la economía a través de los planes de obra y de empleo, ayudas a los  autónomos que estamos canalizando a través de los Ayuntamientos. Tuvimos que poner en marcha toda la rueda del presupuesto de la Diputación para hacer frente a la situación, también porque el Gobierno central eliminó el techo de gasto para administraciones que, como es nuestro caso, cuentan con superávit. Para este 2021 queremos poner en marcha políticas que revitalicen la economía de la provincia, del mismo modo que lo han hecho instituciones regionales, nacionales y europeas. Todas las instituciones tenemos que mover la rueda de la economía con el fin de generar sinergias en los sectores privados. Pienso que la recuperación será rápida si controlamos sanitariamente el virus. Estamos en una crisis diferente a la del 2008.

-Administración regional y Diputaciones provinciales han decidido ir de la mano en la gestión de los Fondos Europeos, ¿cómo se llevará a cabo este proceso?

-Estamos trabajando ya, pero falta por perfilar cosas. El Gobierno de España aún no ha ultimado los detalles de esos fondos y permanecemos a la expectativa. Lo que sí estamos haciendo ya es utilizar los remanentes, nuestros ahorros que eran de 88 millones. Cuarenta y cinco ya los teníamos comprometidos en el ejercicio anterior y el resto los estamos empleando en carreteras, 24 millones, y el resto los uniremos a los fondos que vengan de Europa por si necesitamos cofinanciar. Al mismo tiempo contamos con el presupuesto ordinario que se está ejecutando en estos momentos. Está claro que todos los Ayuntamientos que tengan remanentes deben inyectarlos a la economía.

-Las Diputaciones se han cuestionado en los últimos años, sobre todo cuando llegan tiempos electorales. ¿Cómo defendería usted su función y esencia?

-Las Diputaciones funcionan  y  dan un soporte y apoyo clave a los Ayuntamientos a pesar de las limitaciones del presupuesto con el que contamos. Pero tratamos de priorizar que es lo importante y vamos llegando a muchos frentes. Actuamos al modo de un rayo laser, en el sitio concreto que se necesita del impacto.

-Se escucha mucho ruido de sables en muchas instituciones, ya sea en Ayuntamientos, la Junta, la política nacional…sin embargo en la Diputación existe un mayor clima de entendimiento, ¿cuál puede ser el motivo?

-Hemos sido capaces de crear un clima de entendimiento y de priorizar donde reside lo importante que, de momento, nos está sirviendo. El Equipo de Gobierno cuida este clima a pesar de tener una mayoría absoluta y la oposición también muestra su compromiso con esta idea, cooperando y apoyando los proyectos en lugar de hacer una oposición más dura. La prioridad en estos momentos es resolver los problemas de los ciudadanos y no que los políticos se conviertan en un problema añadido. Aquí esto lo hemos desterrado. 

-Acaban de aprobar el presupuesto…

Los presupuestos los hemos aprobado por unanimidad, hemos atendido  buena parte de las propuestas que nos hizo el PP, haciendo concesiones y buscando siempre el interés general.  Los ciudadanos valoran a los gobiernos y oposiciones que acuerdan. Este buen clima también tiene que ver, y justo es decirlo, con el hecho de que la elección de los diputados provinciales no se hace de manera directa.

-La Diputación está prestando apoyo a dos sectores estratégicos en la provincia como son el turismo y la cultura, ¿qué nos puede decir al respecto?

-Somos muy conscientes de la importancia de que la provincia recupere pronto la normalidad económica, la de antes nos es que fuera perfecta, pero era razonablemente satisfactoria aunque hubiera problemas. Lo urgente es luchar contra el virus y hay que tener preparada la provincia para cuando esté controlado. El turismo es una seña de identidad en nuestra provincia,  y caminamos hacia un modelo diferente, más de superficie, de espacio, de distancia que lo puede ofrecer la provincia. Y del mundo de la cultura vive mucha gente que en el último año no ha podido trabajar. No se nos debe olvidar que la cultura es un fármaco para el alma y el corazón. Tenemos claro que la cultura se puede desarrollar de forma segura y por eso hemos puesto en marcha este programa con ochenta actividades culturales de todo tipo. Con esto  damos vida a los artistas, que necesitan expresarse, y al público que disfruta de ellos.

-Han realizado una fuerte apuesta por el nuevo Pabellón Ferial, ¿en qué punto se encuentra este proyecto?

-Hemos sabido fomentar un entendimiento entre administraciones, en este caso con la Junta y el Ayuntamiento de Ciudad Real. Hemos apostado por una infraestructura con el tamaño y las prestaciones que realmente necesitamos,  pensando sobre todo en Fenavín. Vamos hacia un espacio de 25.000 metros cuadrados que nos permitirá tener el noventa por ciento de la feria en pabellones estables. Estamos construyendo a un precio razonable, con una inversión final de unos 22 millones de euros, que nos permitirá contar con una infraestructura ferial moderna, de primer nivel, que dará servicio a toda la provincia, sobre todo el sector agroalimentario que es de capital importancia. Estoy convencido de que una vez que finalice la legislatura en el 2023 tendremos todas las fases construidas.

“Tomelloso, punto fundamental de desarrollo económico”

-¿Qué inversiones destacaría de las realizadas  con fondos de la Diputación en Tomelloso?

-Tomelloso es un punto fundamental del desarrollo económico de la provincia, ya sea por su potente sector agroalimentario y también desde la perspectiva industrial y de los profesionales de diversos servicios y oficios. En lo que llevamos de legislatura ya llevamos 3,3 millones de euros de inversión en diversas acciones como planes de empleo y obras en diferentes espacios urbanos  y ahora tenemos un bonito proyecto de ahorro y eficiencia energética por un importante de 3.240.000 euros que sufragaría al cien por cien la Diputación. Es un proyecto de alumbrado público que hemos presentado al IDAE y que esperamos que se apruebe porque permitirá que todo el alumbrado público de la ciudad sea eficiente. También hemos colaborado  con el Ayuntamiento en las ayudas de emergencia porque muchas personas lo han pasado mal. Además del desarrollo y crecimiento de la UNED que ha sido un gran logro con un centro que es de los que más está tirando en la provincia, sobre todo a partir de las nuevas titulaciones.

-¿Cómo enjuicia las relaciones institucionales entre Diputación y el Ayuntamiento de Tomelloso actualmente?

-La sintonía política favorece la relación con la alcaldesa y su Equipo de Gobierno, pero sobre todo el hecho de compartir proyectos.  Pero hay una cosa que me llama especialmente la atención; planes de obra había  también con equipos de Gobierno anteriores, pero nunca llegué a saber muy bien en qué se gastaban esos planes. Ahora tenemos un conocimiento claro de las actuaciones que se producen en calles, pequeñas plazas, parques…es decir que en Tomelloso gestionan bien los recursos económicos y en esa colaboración estamos.

-Tomelloso se caracteriza por tener una sociedad civil muy inquieta que sigue reclamando servicios e infraestructuras. ¿Cree que se cumplirá esa hoja ruta para mejorar las prestaciones del Hospital o todo se quedará en una declaración de intenciones?

-Entiendo y comparto ese dinamismo de la sociedad de Tomelloso, tanto a los efectos de los negocios como a la hora de reivindicar servicios y derechos. Se trata de buscar siempre el mejor resultado y me consta que el Gobierno regional tiene el compromiso de desarrollar el Plan Funcional del Hospital. Se hubiera desarrollado antes de no ser por la pandemia, pero estoy convencido de que esa hoja de ruta llegará a buen puerto. Además la población a la que atiende el Hospital de Tomelloso ha crecido, es mayor que cuando se creó ese Plan Funcional por tanto se justifica que se ponga ya en marcha. Y hay que hacerlo de la manera más eficaz y eficiente porque nos encontramos con un problema tremendo de recursos humanos, no solo en Tomelloso, sino en cualquier lugar de España. Se necesitan profesionales sanitarios, pero  esa hoja de ruta acabará desembocando en avances importantes.

-Después de seis años al frente de la Diputación, ¿de qué acción o gestión política se siente más orgulloso?

-Serían muchas, pero me gustaría detenerme en algo en lo que estamos trabajando ahora, los puntos de inclusión digital. Hoy día la sociedad se va a dividir entre los que están digitalizados y los que no lo están, igual que antes ocurría con los que sabían leer y escribir y los que no. Hemos puesto en marcha este ambicioso programa, con un despliegue de alfabetización digital que llegará hasta el último rincón de la provincia. Queremos que nadie se quede descolgado,  tenemos distribuidos mil quinientos equipos y  140 monitores en los puntos de inclusión digital para realizar un gran despliegue de formación. Nadie por motivos de dónde viva, por edad o por cualquier otra circunstancia se tiene que quedar fuera. Este es uno de los proyectos de los que más orgulloso me siento y también de que seamos la administración que más recursos dedica a la cooperación internacional,  algo que ahora a los mejor no está bien visto porque los ciudadanos nos exigen que solucionemos lo de aquí, pero viendo esas terribles imágenes como la de esa niña que murió días atrás en Arguineguín, estamos obligados a ser solidarios con los que han tenido la mala fortuna de nacer en lugares donde no hay futuro.