Hay pocas cosas que animen tanto como una charla con Vicente
Martínez Onsurbe. La vitalidad y el optimismo —que contagia a quienes le
rodean— destacan en su carácter. Vicente Martínez acaba de editar su segunda novela
“La belleza del miedo” y esa feliz circunstancia ha permitido a los periodistas
un delicioso rato de conversación con este abogado, filósofo, escritor y, sobre
todo, gran persona
“La belleza del miedo” está cuidadosamente editada por el
sello Caligrama de Penguin Ramdon House. Una obra “costumbrista con un toque de
fantasía y filosofía”, nos cuenta Vicente Martínez. El autor traslada a la
novela sus inquietudes artísticas y filosóficas, narrando la frustración de
Fausto, un pintor al que repele el éxito. La trama en la que se envuelto el
artista nace con su último cuadro y su relación con la modelo. Barcelona,
Madrid y, por supuesto, Tomelloso, son los escenarios en los que transcurre “La
belleza del miedo”.
—La novela tiene un título muy sugerente y bello.
—Es el título, precisamente, del cuadro del que trata la
novela. El libro es la historia de un cuadro y de lo que le pasa al pintor que
lo pinta y a la modelo del mismo cuando el artista acaba la obra. La fotografía
de la portada, que es de Javier Carrión, es la interpretación de ese cuadro. En
él aparece una niña, menor de edad… No voy a desvelar mucho más, pero tanto el
título, como el cuadro y la foto de Carrión tienen mucho que ver con el
desarrollo de la novela.
—¿“La belleza del miedo” fue el primer título que barajó?
—La novela tiene algo de fantasía, no de ciencia ficción, de
fantasía, en ella hay una serie de desapariciones. Uno de los personajes se
pregunta dónde van realmente los desaparecidos ya que es un estado intermedio
entre la vida y la muerte. Un desaparecido no está vivo ni muerto; cuando lo
encuentren, estará vivo o estará muerto. Pero mientras tanto, ¿dónde están los
desaparecidos? En una interpretación un poco filosófica, uno de los
protagonistas dice que están “en la memoria de Dios”. Allí está todo, desde
siempre, porque Dios abarca todo filosóficamente. Ese es el único sitio donde
puede estar un desaparecido, por ello, el título iba a ser “En la memoria de
Dios”. Pero luego, viendo que el cuadro tenía el título de “La belleza del
miedo” se lo puse a la novela.
—¿Conoce la canción de Rubén Blandes, “Desapariciones”,
en la que se pregunta, a dónde van los desaparecidos?
—La conozco en una versión de Mana, sí.
—El concepto de desaparecido, usted que
es abogado, tiene siempre muchas ramificaciones jurídicas, especialmente como y
cuando se puede certificar la muerte ¿Eso aparece de alguna manera en la novela?
—No hay ningún crimen mientras se investiga una desaparición. No se sabe en que estado está el desaparecido, se desconoce si ha sido secuestrado o si se ha ido por propia voluntad. Mientras no se le encuentre solo se abre un expediente policial, ni siquiera en el juzgado. Pero hay un dato público y notorio y es que la mayoría de los desaparecidos no se encuentran jamás en la vida.
—¿Cómo calificaría a la novela?
—“La belleza del miedo” es una obra costumbrista
con un toque de fantasía y de filosofía.
—¿Ha plasmado en la novela sus
inquietudes filosóficas? No en vano, usted estudió además de Derecho, Filosofía.
—Empecé Filosofía y en tercero me cambié
a Derecho porque no me gustaba la docencia, que era la única salida que yo le
veía entonces a la carrera. Muchos con quince años quieren ser futbolistas, yo
con veinte quería ser filósofo y escritor. Como no le veía salida profesional empecé
a estudiar Derecho y aún así, acabé Filosofía. Me ha servido mucho en la vida y
en mi carrera de abogado en la que ya llevo treinta años. También me ha valido
para poder escribir, con Filosofía se adquieren unos conocimientos que te
ayudan a pensar, a sintetizar y a poder expresarte. Siempre he querido escribir
y desde el 2016 que publiqué la primera novela voy a regresar regularmente al
placer de componer una novela. A divertirme, que es lo que fundamentalmente
hago cuando escribo una novela. Y luego, si además consigo que el lector se lo
pase bien, es una doble satisfacción.
—Se suele decir que las comparaciones son
odiosas pero también son inevitables, ¿”La belleza del miedo” es un registro
distinto a “La chica de la linterna? ¿Hay puntos de conexión entre ambas obras?
—Con la primera novela tenía un poco de
miedo. Estaba, creo yo, más encorsetado por lo que iban a decir los lectores o mis
amigos sobre lo escrito. Era para mí como un examen, hasta que fui capaz de
controlarlo. La “Chica de la linterna” está escrita con impulsos y “La belleza
del miedo”, está escrita con más pulso que impulso.
En la segunda hay más narración que diálogo
y, además de estar contada por el narrador en tercera persona, intercalo el
relato en primera persona de Fausto, el protagonista. Que, por supuesto, es un
pintor de Tomelloso.
—¿Está presente su profesión de abogado
en la novela?
—Tanto en la primera como en esta, he utilizado
mis conocimientos y, sobre todo, mi experiencia con abogado. En la novela hay
una crítica, entre filosófica y jurídica, a la experiencia que tengo con los
jueces y magistrados. Muchas veces la justicia se aplica de manera automática,
sin tener en cuenta que detrás de cada pleito hay una situación personal que
hay que contemplar.
Además, el lenguaje se entremezcla y
muchas veces tengo que eliminar expresiones forenses o técnicas, por otras que
pueda entender un lector sin formación jurídica.
—¿Cuánto tiempo le ha llevado ver, negro
sobre blanco, lo que fue la primera idea de la novela?
—Para empezar a escribir tengo que estar
inspirado, sobre todo para crear los personajes. Después que los personajes
están creados es necesaria más la concentración que la inspiración. Si te
concentras en ellos te van a decir donde quieren ir y lo que quieren hacer. Es
como dejarte llevar por ellos.
La novela la he escrito durante los fines
de semana. Hay que ver lo largo que es un día cuando lo sabes aprovechar y,
sobre todo, levantándote a las seis de la mañana como yo hago. Empecé en 2017 y
dedicándome a ella vacaciones y fines de semanas la terminé en mayo de 2020.
Por otro lado, ya tengo la siguiente novela en mente.
—¿Está contento con “La belleza del miedo”?
—Estoy muy contento, al igual que con la
primera. Son dos hijos a los que tienes que querer. También me sirve como
acicate para seguir escribiendo.
—Escritura y lectura son inexorables,
¿qué está leyendo?
—Estoy ahora con los cuentos completos de Poe, que me regalaron en Navidad. Pero leo cualquier cosa que cae en las manos y vuelvo siempre a las lecturas y los autores que me gustan como Cela. Y, lógicamente, Filosofía también.
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Viernes, 23 de Mayo del 2025
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