De hecho, en su estadio, un campo con solera y de hierba natural, el Poblense tiene un bagaje de seis empates y tres derrotas. Poco tiene que envidiarle un Villarrubia que llega a la cita con ocho empates después de 18 partidos disputados.

El equipo balear, por otro lado, está conformado en un 90 por ciento por jugadores mallorquines que han destacado en Tercera División y que buscaban su hueco en Segunda B. Por eso, la mezcla entre juventud y veteranía es clara y patente ya que hay pesos pesados y con una gran trayectoria como Pau Cendrós, Dani Benítez, Javi Moreno o el delantero Rubén Jurado, todos ellos, con experiencia en Segunda A y alguno en Primera División.

Sea como fuere, en esta fase todos los equipos se juegan mucho y el Formac Villarrubia está inmerso en una nueva semana de trabajo donde la seriedad y la concentración priman por encima de todo. Y es que el camino para lograr la permanencia arranca este domingo, a partir de las 12 horas, en Sa Pobla.