Empezó mejor el Infantes que se puso 0-2, pero mediada la primera mitad acortó distancias el equipo local, gol de Pablo Ortiz, que a partir de ese instante creció en el partido y generó ocasiones muy claras para darle la vuelta al marcador. Las rápidas salidas en velocidad de hombres como David, Wifly o Luismi hicieron estragos y pusieron a prueba al meta visitante. Pero justo cuando la bocina ya anunciaba el final del primer tiempo llegó la primera jugada polémica de la tarde. El meta local salió a disputar un balón por alto con el delantero y el colegiado vio una falta donde, aparentemente, solo había una forcejeo de dos futbolistas que entraron con fuerza. Como el Tomelloso ya tenia la banderola de cinco faltas levantada y la supuesta falta se produjo a menos distancia de la del doble penalti, a Molina le quedó un tiro cómodo para establecer el 1-3 con el que se llegó al descanso.

La jugada fue muy protestada por los jugadores y técnicos locales, por un doble motivo: el primero es que la jugada pudo estar fuera de tiempo y el segundo es que la falta fue muy rigurosa.

En el segundo tiempo, después de solucionar unos problemas con la iluminación del pabellón y con una fuerte tormenta descargando en el exterior, los de Javier Castillo salieron a por todas. Ejercieron una asfixiante presión sobre el Infantes en todas las zonas del campo y de este modo los visitantes ya no tuvieron la comodidad en la circulación del balón que sí habían tenido en la primera parte. Asumió la responsabilidad el joven David López que junto al oficio de un buen Luna y el enorme coraje de Luismi, tiraron del carro para cambiar la situación. 

En un duelo intenso y frenético el Infantes también dispuso de dos ocasiones para poner más distancias en el marcador, pero una la repelío el palo y la otra la sacó el portero en una sensacional parada.

Luismi hizo el 2-3 en una buena jugada en la que se fue por la izquierda, regateó al meta y casi sin angulo marcó con la colaboración del defensa. A tres del final, otra vez Luismi, marcaba el 3-3, con un duro disparo que entró junto al palo. Daba la impresión que, por pura inercia, los locales se podrían llevar el partido. De hecho, Luismi tuvo una ocasión muy clara en la que fue trabado cuando iba a conectar el disparo. 

Así hasta que, a falta de treinta segundos, los colegiados señalaron penalti a favor del Infantes por una rigurosa mano. Algunos futbolistas locales no se creían lo que había pitado y el público que estaba en el pabellón tampoco. No falló Mejia  en el lanzamiento y los visitantes se llevaron el partido, con un 3-4, que no hizo justicia a lo que se vió en la cancha. Por derroche, entrega y no perder nunca la fe, el Tomelloso mereció algo más. Los de Javier Castillo volvieron a quedarse cerca de esa victoria que tanto necesitan para revertir la situación.