Peatones, ciclistas y vehículos estrenan nueva convivencia en la carretera que atraviesa el parque desde Ruidera hasta Ossa. "Nos va a costar adaptarnos, a la larga las modificaciones redundarán en el beneficio de todos”, dice el director Ignacio Mosqueda

Cambiar la carretera para mutar el modelo de las visitas a las Lagunas de Ruidera, un parque natural atravesado por una carretera tomada por los coches, que tendrán que perder protagonismo en pro de senderistas y ciclistas.

Esta es la filosofía de las modificaciones que se acometen estos meses en la carretera de las Lagunas, que discurre de Ruidera a Ossa por la orilla de la mayoría de ellas. A la antigua calzada se le han introducido dos carriles bicis laterales, identificables mediante una capa de lechada bituminosa de color rojo, con un único carril central  para la circulación de vehículos a motor en los dos sentidos.

Senderos para los peatones

En el arcén se han acondicionado y señalizado con balizas de madera senderos para que el peatón pueda caminar desde la Laguna del Rey, en Ruidera, hasta la Lengua, “más no porque no hay espacio físico”, comenta Ignacio Mosqueda, director del parque dependiente de la Consejería de Desarrollo Sostenible.

Velocidad limitada a 30 kilómetros por hora

Conseguir que en el único carril central circulen en los dos sentidos vehículos de forma ordenada, sin arrollar a nadie, se hará limitando la velocidad a 30 kilómetros por hora y permitiendo, en momentos puntuales, invadir el carril bici. La idea inicial de que solo hubiera circulación en un único sentido se desechó ante las quejas de los propietarios de negocios de hostelería y viviendas en las zona, explica Mosqueda. “También vamos a instalar radares informativos que te dicen a la velocidad que vas para adaptarte”, y al menos al principio aumentarán la vigilancia.

La carretera y el centro de visitantes

Las obras, que acomete la Junta de Comunidades en colaboración con la diputaciones de Ciudad Real y Albacete, titulares de la carretera, estarán listas antes de junio. Empezaron el 21 de septiembre de 2020 en la AB-613 y el 11 de noviembre en la CR-650. Los cambios en la carretera estarán listos casi a la vez que el nuevo centro de visitantes que se construye en el antiguo albergue Alonso Quijano, dos hitos para la revolución en la que lleva embarcado el equipo directivo de las Lagunas en los últimos años.

Costará adaptarse

“Este primer año nos va a costar adaptarnos, a la larga las modificaciones redundarán en el beneficio de todos”, opina Mosqueda. Las reformas tienen un objetivo claro: sacar los coches y evitar la masificación en los meses de verano en el parque natural.

Menos coches en el verano de 2022

Y hay más cambios. De cara al verano de 2022 la dirección de Las Lagunas trabaja para regular el acceso con vehículos al entorno, “no se trata de prohibir, sino de regular”, sostiene el director, “queremos que haya un cupo máximo de visitantes en determinados meses y que solo se pueda acceder con una reserva de hostelería”. Con ese propósito se plantean la construcción de nuevos aparcamientos disuasorios, barreras,  lectores de matrícula y habilitar una aplicación de telefonía móvil parar que el visitante que quiera acceder a una zona concreta vea cómo está y si puede hacerlo o no.

“Las Lagunas de Ruidera no son un parque acuático”, remarca Mosqueda, que se ha fijado como objetivo atraer no solo al bañista veraniego sino a un público más amplio de senderistas, ciclistas, fotógrafos de naturaleza u ornitólogos, que tienen menos protagonismo en el modelo actual, sobre todo en verano.

Plan de evacuación

Desmasificar Ruidera en verano también es una cuestión de seguridad, “tenemos días de 15.000 personas en el parque, eso es una barbaridad que no encaja con el plan de evacuación que pondremos en marcha para prevenir catástrofes como los incendios”.

Desperfectos, se están arreglando

Las obras también han dado que hablar estos días por los desperfectos en los carriles bicis que han provocado las lluvias, de los que se han hecho eco asociaciones de la zona insinuando que el colorante podía ser contaminante. No es así, “se trata de un colorante que no es tóxico que en varios casos concretos se impregnó mal, en el caso de la Redondilla, en una curva hacia el camping. En el resto se ha levantado la pintura y hay que reponerlo. Ha sido un fallo puntual de la empresa encargada de la obra que va a corregir”, asegura Mosqueda.

Cambiar el chip, también en los centros de visitas

La carretera estará lista a primeros de junio y para finales del mismo mes puede que sea posible estrenar el nuevo centro de visitantes, un lugar que permitirá desarrollar actividades y talleres más acordes con los valores de naturaleza de una paraje singular en toda Europa (solo existen en unas lagunas similares en Croacia), “está muy bien venir a bañarse a las Lagunas, pero Ruidera es mucho más, tenemos que cambiar el chip”.

La apertura del nuevo centro de visitantes de Las Lagunas no implica según Mosqueda que se cierre el actual, en Ruidera pueblo, “queremos mantenerlo y hacer actividades en los dos”.

30 kilómetros de sistema lagunar

El parque natural de las Lagunas de Ruidera está formado por un complejo sistema lagunar de quince lagunas, que a lo largo de 30 kilómetros constituyen el valle del Alto Guadiana  y en su parte más alta el lugar de nacimiento del río Guadiana.

Ruidera es uno de los parajes naturales más sorprendentes de España, un lugar de gran valor paisajístico, con diversidad de ambientes para descubrir y recorrer conociendo sus lagunas, disfrutar de inmensas lagunas, de aguas trasparentes e intenso color azul turquesa. Las  quince lagunas se rebosan e inundan unas a otras formando cascadas y saltos debido a formaciones geológicas como las barreras travertínicas. Estas son el rasgo más característico de este parque natural, tal y como lo describe la Junta en la página web sobre espacios naturales.

Las lagunas albergan una sorprendente riqueza biológica con gran diversidad de especies animales y plantas, montes de encinares y sabinares, sotos, arboledas de álamos y vegetación palustre como la masiega o la enea. Suponen una nota de frescor y casi de irrealidad en La Mancha llana y seca.