Esa pronta ventaja condicionó, una semana más, un encuentro entre dos rivales directos en la lucha por la continuidad en la categoría de plata del fútbol español, con un cuadro alfarero cómodo defendiendo con muchos jugadores y una escuadra blanca que no encontraba los espacios para acercarse a la meta contraria.

La mejor llegada del Albacete se produjo en una jugada ensayada a balón parado en la que el centro lateral de Carlos Isaac dejó en boca de gol a un Peña que, de haber llegado a impactar con el balón, hubiera empatado el partido (minuto 24).

Las continuas pérdidas de balón de Álvaro Jiménez perjudicaron al conjunto local que veía como su mejor futbolista lastraba una circulación de balón ya lenta de por sí debido al ínfimo nivel de sus jugadores.

Comenzó con intensidad la segunda parte, especialmente el equipo de casa que trataba de sumar jugadores en ataque y de realizar centros al corazón del área madrileña que la retaguardia visitante rechazaba constantemente de manera expeditiva. Sin embargo, el primer disparo lo realizó Nwakali, en el minuto cincuenta y cuatro, perdiéndose el esférico a escasos centímetros de la meta defendida por Tomeu Nadal.

La ocasión albaceteña emergió poco después en una acción por banda diestra de sus futbolistas más entonados, un Carlos Isaac que vio la entrada por la corona del área a Dani Torres, cuyo fuerte chut salió desviado (minuto 61). De ahí hasta el final, el Alcorcón cedió toda la posesión a un Albacete que abusó del juego horizontal y cuyos jugadores tenían mucha distancia entre ellos, imposibilitando siquiera que se produjeran oportunidades reseñables.

La rigurosa expulsión por roja directa de Carlos Isaac en el minuto 89 y un gol anulado a Ortuño en el 92 se quedaron en simples anécdotas, porque se certificó una derrota que deja al cuadro blanco a ocho puntos de la salvación a falta de quince por jugar, mientras que el equipo madrileño consigue salir de la zona de descenso a cinco jornadas de la finalización del campeonato en Segunda división.