Economía

Juan Carlos Torres: “Nuestro trabajo está muy relacionado con los sentimientos y hay que darlo todo”

Daviflor lleva ya 35 años dando un excelente servicio en Argamasilla de Alba y pueblos vecinos

Carlos Moreno | Martes, 18 de Mayo del 2021
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No hay que escuchar mucho tiempo a Juan Carlos Torres Moya para comprobar la vocación y entrega con que realiza su trabajo. Diez años lleva ya este joven empleado en Daviflor, la floristería del grupo de Florentino Seguros que durante 35 años ha ofrecido un excelente servicio en Argamasilla de Alba y pueblos vecinos. Juan Carlos cogió el testigo de Mariana, la mujer de Flores, el inolvidable y siempre recordado fundador de la empresa. Una década después queda bien claro que Juan Carlos ha sabido defender el negocio. “Con 17 años me propusieron trabajar aquí y acepté porque me gustaba mucho este mundo, Soy algo perfeccionista, siempre quiero hacer bien las cosas”, señala.

La floristería está ubicada en la calle Ancha, muy cerca de las oficinas del grupo. No tardamos en sentirnos cómodos por la empatía del empleado y el acogedor ambiente del local. La tarde de mayo avanza, pero todavía guarda ese calor que, nos avisa, que no tardará en llegar el verano.

“Nos encargamos de dar cobertura a nuestros tanatorios, a todos los servicios fúnebres y también hacemos bodas, acontecimientos relacionados con la Iglesia como confirmaciones, bautizos y comuniones y todo tipo de eventos como inauguraciones de hoteles o cualquier otra cosa que necesite una decoración con flores”, empieza explicando.

Aunque el grueso del negocio se encuentra en Argamasilla de Alba y Tomelloso, Daviflor trabaja en otras poblaciones del entorno como Ruidera, La Solana, San Carlos del Valle….Torres asegura que “hay épocas de más trabajo para nosotros como los Santos, el Día de la Madre, San Valentín,  también la Navidad aunque algo menos. En estas épocas de mayor actividad contratamos a gente para que nos ayude”.

Juan Carlos Torres destaca la fidelidad de la clientela. “Nos conocemos ya de tanto tiempo que ya sabemos como quieren el ramo o el centro. Hay mucha conexión. De hecho, hay familias con cuatro hijas que les hemos  hecho la boda a las cuatro. El boca a boca es algo que funciona en este negocio. Te dicen que les hagas un ramo como a la prima, la vecina o cualquier otra personas conocida”.

Daviflor  tiene por delante un verano lleno de bodas. “Afortunadamente estamos volviendo a la normalidad, y aún con las restricciones que todavía debemos seguir, los acontecimientos sociales están empezando a volver. En este mes de mayo ya estamos con las comuniones y hay que decorar las Iglesias, tanto de Tomelloso y Argamasilla. Se nota que la gente se va animando y eso es bueno porque la economía se va reactivando”.

En los meses más duros de la Covid-19, la floristería mantuvo su actividad por el dramático aumento de decesos. “Es triste, pero en plena pandemia había días que hacíamos hasta diecisiete coronas. También respondíamos a otros encargos que nos pagaban a través de transferencias y otras fórmulas que no hacían necesario que el cliente viniera a la tienda. No hemos parado”.

Juan Carlos Torres realiza una curiosa reflexión sobre las relaciones con la competencia. “En los diez años que llevo aquí siempre nos hemos llevado muy bien con la competencia. Casi todos los floristas de la zona son amigos. Es cierto que hay que marcar la diferencia, pero siempre desde el buen trato y el buen gusto. Competir, pero sin perder las formas. Me puede llamar un compañero pidiéndome un producto que le hace falta y, si podemos, se lo servimos. Es fundamental llevarse bien con todos”, indica.

Un proveedor le trae productos y hacemos un pequeño alto en la entrevista. Cuando la retomamos el joven floristero aborda la responsabilidad que siempre entraña un negocio de este tipo. “Una novia siempre quiere que su boda sea única y especial. Es un día muy importante en su vida y quiere que sea la mejor. Esto hay que tenerlo presente y, por supuesto, no copiar, ya que así no marcas un estilo. Me inclino por una decoración floral elegante que no sea demasiado extravagante, ni tampoco sobrecargada. Esto ha marcado un poco el ritmo en Daviflor”.

Las flores van por temporadas y este es otro de los encantos del negocio como muy bien explica Juan Carlos. “en invierno los colores son más fríos, pero luego llega mayo, el mes de las flores, que trae mucho colorido, también el verano, con flores que tienen una resistencia larga para aguantar el calor. En los meses del otoño predominan los colores cobrizos, naranjas, verdosos oscuros, grises y en Navidad las flores de Pascua, mucho pino, mucho dorado…En definitiva, cada época va marcando el color y las tonalidades”.

Confiesa la pasión por que siente por su trabajo. “Es cierto que hay momentos más complicados, épocas de mayor estrés, gente que se puede dar una queja…pero a la larga el trabajo es muy agradecido. La gente se emociona y te agradece lo que le haces. El trabajo está muy relacionado con los sentimientos de la gente y eso nos obliga a darlo todo”. 

Algún día le gustaría ir a Holanda, el país de las flores por excelencia junto con Colombia, y seguro que cumplirá su sueño un hombre que siempre busca ofrecer lo mejor a sus clientes que, en realidad, son amigos.       


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