Llevaba en el club desde aquel verano del 2012 y ha sido siempre un ejemplo de entrega, implicación  y compromiso con el Atlético Tomelloso, pero Eduardo Cámara “Buyo” ha decidido abandonar el fútbol para centrarse en sus proyectos laborales. Todo apunta a que no será una despedida definitiva y sí temporal. Un hasta luego para un futbolista importante dentro y fuera del campo, con 183 partidos oficiales a sus espaldas,  que siempre supo hacer vestuario y que se ganó el cariño de todos los estamentos del club.  Sus compañeros ya le tributaron un pequeño homenaje el pasado domingo en Ossa de Montiel, curiosamente, el lugar donde también jugó su primer partido como jugador auriverde.

-¿Por qué ha decidido abandonar el fútbol?

-Estoy centrado en proyectos laborales que me exigen una preparación física que no es compatible con los entrenamientos del fútbol. De hecho, las lesiones que he tenido últimamente tienen que ver con esto. Ha sido una decisión que tenía meditada desde hace tiempo, aunque fue hace poco cuando se lo dije a los compañeros, técnicos y directivos. Todos han comprendido mis razones. ¿Volver? Ojala, pero ahora me tengo que centrar en mi futuro laboral.

-¿Qué sintió cuando abandonó el pasado domingo el terreno de juego en Ossa de Montiel?

-Mucha emoción, porque además ahí fue donde jugué mi primer partido con el Atlético Tomelloso, un amistoso en el verano del 2012. Mis compañeros me regalaron una camiseta serigrafiada y fueron muchos los recuerdos que me vinieron a la mente.

-¿Cuáles han sido sus mejores y peores momentos en este periplo de nueve años dentro del club?

-En el club estuve desde el primer día y me quedo con aquel precioso momento de ascender a tercera división. Fue una temporada increíble, con el equipo en plan arrollador y la afición llenando la grada muchos domingos. Me quedo también con esa ilusión del primer año en segunda autonómica, donde ningún futbolista cobramos, pero lo dábamos todo porque nos atraía el proyecto que se había hecho con jugadores locales y Úbeda de entrenador. Con jugadores como Loren y Morales he recordado muchas veces aquellos momentos.

-¿Cómo analiza la temporada que ha realizado el Atlético Tomelloso?

-Ha sido rara por las circunstancias tan complejas que hemos vivido. Hubo incertidumbre, partidos que se tuvieron que suspender, muchos encuentros sin público, restricciones… Retirarme en este contexto me pone un poco triste. Y deportivamente creo que el equipo ha realizado una gran segunda vuelta. En la primera pagó el hecho de empezar a entrenar más tarde que otros equipos como el San Clemente o el Criptanense que finalmente son los que han quedado arriba.

-¿Se identifica con la gestión y filosofía que lleva a cabo la junta directiva?

-Sí, por supuesto. Se planteó una disyuntiva complicada tras la marcha de Luis Parra y decidieron dar con valentía un paso adelante. Son gente joven que apuesta por tener un bloque de Tomelloso y comarca que, tal y como están las cosas en el fútbol modesto ahora, es la única vía para subsistir. No te puedes volver loco.

-¿Qué le parece Diego Cano, el futbolista con el que ha compartido demarcación?

-Hablamos de un chaval magnífico con el que he tenido buena relación. Ha tenido una evolución muy buena, fue una grata sorpresa el pasado año y en este él mismo me ha dicho que ha estado algo más nervioso por la responsabilidad de defender la portería cuando yo me lesioné. Y en el club hay otros porteros con futuro como Rubio, que no está teniendo suerte con las lesiones, Javier García, que es joven pero tiene muy buena pina o Fran que es algo más introvertido pero está trabajando bien.

-Curiosa su evolución que le permitió pasar de jugador de campo a portero, ¿no cree?

-En realidad, siempre fui portero, pero en el año de cadetes tuve que actuar de jugador de campo porque teníamos pocos efectivos. Fue algo circunstancias que recuerdo con cariño. Disfruté metiendo goles y dando algunas asistencias. Incluso ya en juveniles recuerdo haber jugado algún partido como jugador.