«Estoy ya con muchas ganas de entrenar, de jugar y de hacer un buen año con el equipo para cumplir el objetivo de volver a Tercera», explica el portero, que se une así a la plantilla que volverá a entrenar Javier Bermúdez.

Astillero sufrió esa grave lesión el 1 de marzo del pasado año, una rotura del ligamento cruzado anterior y de los dos meniscos. Después llegó el confinamiento por la pandemia y tuvo que esperar al mes de junio para ser intervenido quirúrgicamente, antes de una recuperación que tardó unos seis meses. «Empecé poco a poco a correr, a ir con la bicicleta. Me fue encontrando mejor, pero conforme iba pasando la liga y seguía el COVID vi que no me merecía apresurar la recuperación para jugar. Decidí hacerlo bien, quise ir tranquilo para estar al 100% la próxima temporada», cuenta Astillero, el ‘Santo’ como le apodaban en Almagro, en donde jugó las cinco últimas campañas.

Ahora, el daimieleño tiene claro que su rodilla está bien y podrá entrenar a tope desde el primer día con el Manzanares, equipo desde que le llamaron la pasada campaña para comenzar a entrenar, pero, como apuntó, prefirió ir con tranquilidad. «No quería arriesgar», reitera, y asegura que su fichaje por el bloque manzanareño «fue rápido, se va a configurar un bloque para tratar de ascender».

Después de su descenso a Preferente, el Manzanares ha confirmado la continuidad del entrenador vasco Javier Bermúdez. Además del fichaje de Astillero, han renovado Mamadou y Gascón. Y han sido bajas Adri López (Villarrubia), Garceso, César, Jesute y Meissa.