El pasado 12 de julio se celebraba el Día de la Justicia
Gratuita y el Turno de Oficio. Más de una veintena de abogados se dedican en
Tomelloso a garantizar el acceso a la justicia a todos los ciudadanos. Entre ellos,
Pilar Zarco, Cortes Cano y Carlos Torres, los tres tienen una dilatada
experiencia en su profesión, son letrados curtidos que compaginan las tareas de
abogado de oficio con sus respectivos despachos.
Son abogados de oficio por vocación, las minutas que paga el
Colegio ni mucho menos les compensan. Los tres están convencidos de que el
acceso universal a la justicia es un pilar fundamental de la sociedad. Hemos
mantenido una amena charla con estos tres letrados de raza, comprensivos y
juiciosos (y no es un juego de palabras), repasando el turno de oficio y la
justicia en Tomelloso. Durante la pandemia, cuentan, el turno de oficio no ha
fallado ni un día.
Son casi veinticinco abogados los que trabajan en la
Justicia Gratuita en Tomelloso. Ésta se divide en turnos de penal
y penal especial, asistencia al detenido, víctimas de violencia de género, extranjería,
estos tres últimos son guardias de 24 horas. También civil, laboral, menores,
contencioso administrativo, vigilancia penitenciaria y concursal. La asistencia
a las víctimas de violencia de género se lleva de manera conjunta con el
partido de Alcázar de San Juan.
—Viéndoles a ustedes se esfuma la
idea de que el abogado de oficio es un letrado bisoño y recién colegiado.
PILAR ZARCO.- Hace años tal vez
fuese así, la gente no tenía trabajo y una forma de empezar era apuntándose al
turno de oficio. Ahora para estar en la justicia gratuita se exige, al menos,
tres años de experiencia y tener un curso de especialización. Es decir, que se
accede ya con un bagaje. Y los que llevamos ya más años, estamos por… amor al
arte.
CORTES CANO.- Todavía creemos en
la justicia y en que todo el mundo tiene derecho a defenderse y a ser juzgado
con las mismas garantías que una persona que tiene dinero para pagarlo.
—¿Distinguen los clientes de sus
despachos de los justiciables?
(Coinciden los tres) No, no se
distinguen.
P.Z.- Le diría que hay veces en
que le dedicas más tiempo y más esfuerzo al del turno que al de pago. Con el
primero hay ocasiones en que te ves obligada a recurrir cosas que con el
cliente del despacho no harías.
—¿Es vocacional pertenecer al
turno de oficio?
C.C.- En algunos turnos el
componente vocacional es muy importante. Por la entrega que necesitan, el
tiempo de dedicación o las circunstancias personales de los defendidos.
P.Z.- En un turno penal se cobran
100 o 150 euros por un proceso que puede durar dos años, como mínimo, y ya no
se cobra más. Le pongo otro ejemplo, en las ejecuciones forzosas de familia, cobramos
algo menos de 100 euros por un asunto que se puede alargar durante diez años.
CARLOS TORRES.- Seis meses en los
juzgados son lo mismo que diez minutos en la cola del cine.
—Volviendo a los arquetipos, existe
el del abogado sibilino que le da igual la justicia y solo va a ganar dinero. Obviamente
no es el caso de ustedes ¿tienen claro que la justicia es universal y un derecho
de los ciudadanos? ¿Ese es el sentimiento que les mueve?
C.T.- Hay de todo, como en
botica. Pero el sentir de, al menos el 95 por ciento de los letrados que están
en el turno es ese. Hay mucha gente, en toda España, comprometida con la
justicia gratuita.
P.Z.- En ese sentido, hay una
sentencia del Supremo que recalca la buena labor del letrado “siendo abogado de
oficio”.
C.C.- Hay que señalar que el
primer asunto que llegó a Europa de las clausulas suelo lo llevaba un abogado
de oficio. Llegó a Estrasburgo y ha servido para aperturar todas las
reclamaciones por clausulas abusivas, modificando completamente el derecho hipotecario.
P.Z.- El ciudadano cree que como
eres abogado de oficio no te molestas. Y, al contrario, nosotros percibimos el desinterés
de alguno de nuestros defendidos. Hay quien cree que como trabajamos de forma
gratuita lo que hacemos no tiene valor.
—¿Les agradecen los clientes de
oficio su labor?
C.C.- En general, sí.
P.Z.- Hay gente del turno por la
que haces todo lo que sea posible, aunque el caso esté perdido de antemano,
porque se lo merece. Hay personas que se ven metidas en situaciones muy
complejas bien por familia o por su educación y su situación, que les supera en
muchas ocasiones. Sabes que no tienen más posibilidades. Cuando una cría de
veintipocos años va a declarar al juzgado con cuatro niños, ¿qué le vas a decir
si la juzgan por conducir sin carnet?
C.C.- Tratamos muchas veces con
personas que viven en la más absoluta miseria y, en muchas ocasiones empatizas
con ellos.
P.Z.- Pero, en definitiva, la
gente del turno suele ser muy agradecida.
—¿Cómo conviven con las
situaciones con las que se encuentran?
P.Z.- En el turno y en cualquier
asunto del despacho tienes que despersonalizar. Cuando empiezas a ejercer
empatizas más, pero siempre intentas separar un poco. Lógicamente hay casos
puntuales que a las ocho de la tarde no te los dejas en el despacho, te los
llevas a tu casa. Hay noches que te despiertas a las tres de la mañana, dándole
vueltas a asuntos complicados, y a las cuatro te vienes a trabajar. Pero lo
normal es que intentes separarlo.
C.T.- Es que se tiene que separar
lo personal ya que, si no, no harías bien tu trabajo. Al final tratamos con los
problemas de las personas. Para el cliente es muy importante, pero tú te tienes
que distanciar de eso para no perder la objetividad que necesitas para tratar
el asunto. Tenemos que estudiar el problema del cliente y buscarle una solución
legal con nuestro trabajo.
C.C.- Como nos tuviésemos que ir
a casa con todos los problemas colgados, sería un sinvivir. Aunque, muchas
veces, el cliente no solo necesita un abogado, también un confesor o un psicólogo.
—Una encuesta publicada con
motivo del Día del Turno de Oficio resaltaba que el turno de oficio es muy
conocido y muy bien evaluado por los españoles, ¿perciben ustedes esa
situación?
Los tres abogados convienen en
que no perciben ese abrumador reconocimiento a los letrados de la justicia
gratuita.
—¿Consideran necesaria la
justicia gratuita?
Los tres responden al unísono y
la creen muy necesaria.
C.T.- La justicia gratuita es un
pilar de la sociedad y del estado de derecho.
P.Z.- Creo que, además de a
abogados y procuradores debería implicar a los servicios sociales. Más que
nada, porque muchos de los problemas, sobre todo de familia, necesitan algo más
que la justicia.
C.C.- No se trata de
desjudializar los asuntos. El filtro judicial es imprescindible y tiene que
estar ahí y, como decía Carlos, es uno de los pilares del Estado. Pero si es
verdad que, en algunos asuntos, violencia de género, menores y de familia, en
general, es necesario otro apoyo durante el proceso judicial.
P.Z.- Volviendo a la pregunta,
justicia gratuita, sí. Pero son necesarios más controles. Hay quien necesita la
justicia gratuita y no se la conceden porque se ha establecido un rasero de
ingresos, cuando tal vez tenga otras cargas familiares que le impiden pagar a
un abogado. Por otra parte, hay personas a las que se le concede y no les hace
falta o no son merecedoras de ella.
—¿La saturación de la justicia
influye negativamente en el turno de oficio?
P.Z.- La gente del turno de
oficio tiene la idea de que sus asuntos tardan más que los de pago. Eso no es
cierto en absoluto, el juzgado no los distingue.
C.T.- Es necesaria mucha
inversión en justicia. Creo que el problema que arrastra esta patata caliente
es que no da votos, y hay que ir tirando con ella. Al lo largo de su vida, todo
el mundo pasa por el hospital, por la educación, por la seguridad, pero por el juzgado,
no.
P.Z.- La Seguridad Social o
Hacienda disponen de una tecnología que ya quisiera la Justicia. Es que estoy
convencida de que no le interesa a nadie. Hace unas décadas hubo una huelga de
dos meses de los funcionarios de los juzgados de toda España y no salió en ningún
periódico, con todos los juicios que se suspendieron.
C.C.- Es que la Justicia no
reporta ningún beneficio económico al Estado, al contrario, es un gasto que
necesita mucho dinero. Y no todo el mundo la necesita.
—¿Y las condiciones materiales
del turno?
C.C.- Están cubiertas porque
nosotros, los abogados, lo ponemos todo.
P.Z.- Me atrevería a decir, y
creo que hablo en nombre de todos, que en Tomelloso la asistencia al detenido y
a víctimas de violencia de género funciona de manera casi perfecta gracias a
los abogados. Tenga en cuenta que en Tomelloso tenemos dos sedes judiciales y
un solo abogado de turno y, por ejemplo, hay un detenido que llevan al 3 o un
caso de violencia en el 2. Por agilizar la justicia, por no entretener al
funcionario o porque el justiciable no esté detenido tanto tiempo, le pido a un
compañero que me cubra, algo a lo que no estoy obligada. En Tomelloso se cubre
la asistencia al detenido y a las victimas de violencia de género las 24 horas
al día, los 365 días del año gracias al abogado de oficio.
—Lógicamente, ustedes son los más
interesados en la reivindicación histórica del palacio de justicia para
Tomelloso.
P.Z.- No solo hace falta que
estén juntos los tres juzgados. También, se necesita una fiscalía y una clínica
forense.
C.C.- Con una sede única, la
propia organización de los juzgados se agilizaría. El 1 y el 2 tienen una sola
sala de vistas y tiene que turnarse.
C.T.- Sería muy interesante,
hablando de medios, que los juicios penales fuesen itinerantes, como pasa, por ejemplo,
en Cataluña. Esos asuntos se instruyen en Tomelloso y se juzgan en Ciudad Real.
Propusimos que una vez al mes viniese un juez y un secretario para realizarlos
aquí. Es más fácil que vengan aquí dos personas que tener que ir hasta cuarenta
algunas veces a Ciudad Real.
P.Z.- Con el edificio único de
los juzgados se podría pedir, incluso, un tribunal de lo penal aquí, para
repartir la provincia.
—¿Tienen algún caso de justicia
gratuita que les haya marcado?
C.C.- Pilar y yo compartimos un
juicio por asesinato en el que absolvieron a nuestros clientes. También
estuvimos juntas en otro juicio por violación en el que dejaron libres a
nuestros defendidos. Son asuntos muy bonitos, jurídicamente hablando.
C.T.-Yo defendí a un señor que
despidieron, que el hombre no tenía donde caerse muerto, y le gané el juicio. Fue
una satisfacción porque se palió un poco la difícil situación de mi cliente.
P.Z.- Mi primer asunto con jurado fue la defensa del asesinato de una chica un carnaval en Tomelloso. A mi cliente en lugar de asesinato lo condenaron por homicidio.
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