De la novillada del 29 de mayo de 1921, en
la que se lidiaron reses de la ganadería
de D. Félix Sanz, por Montañesito y Madriles, y en la que ambos resultaron
cogidos, ya hablamos ampliamente en nuestro artículo “Novillada de hace un siglo
en Tomelloso.” Completamos las actuaciones taurinas de ahora hace cien años,
refiriéndonos a los festejos de la feria.
El cronista de “El
pueblo manchego”, 1922 septiembre 2, p. 2, informaba que desde “in illo tempore” se venía celebrando la
feria del 17 al 20 de septiembre, pero como interrumpía la vendimia, en 1919, se
decidió adelantarla a los primeros días de agosto. El resultado sería un
fracaso pues en un lugar agrícola como Tomelloso, si en septiembre se cruzaba
con la vendimia, en agosto lo hacía con
la recolección del grano.
Ese “in illo tempore” fue el año 1862, en el
que hemos encontrado que el 14 de junio, el Gobernador civil de Ciudad
Real autorizaba el acuerdo del Ayuntamiento de Tomelloso para que la feria, que
venía teniendo lugar los días 4, 5 y 6 del mes de octubre de cada año, se verificara, en adelante, en los
del 17, 18 y 19 del mes de septiembre. (“Boletín
oficial de la provincia de Cáceres”: Número 74 - 1862 Junio 21, p. 3).
Lo cierto es que, también este año de 1921, la feria se celebró en agosto. “El pueblo manchego”, ya
en julio 21, p. 1, ofrecía el cartel taurino
con tres novilleros: Ginesillo, Pablo y Marcial Lalanda,
para habérselas con seis novillos de Samuel Hermanos, el 2 de agosto, y el
3, anunciaba a Charlots, Llapisera y sus Botones que lidiarían cuatro novillos de
D. Agustín Flores.
Llegadas
las fechas, el corresponsal de dicho periódico, 1921 agosto 4, p. 1, ofrecía la
crónica de la corrida de novillos celebrada en día tan “caluroso que aún a la sombra cae febo sobre nuestras espaldas …y los
abanicos no producen el aire suficiente a refrescar un tanto siquiera el
axfisiante (sic) ambiente que padecemos”,
describiendo la más que mediana entrada y las “muchas caras bonitas tocadas con la clásica mantilla”.
En
cuanto al festejo, los novillos de Samuel
Hermanos, “bien presentados y armados, en la pelea cumplieron, a
excepción del quinto que en la primera vara se dolió al castigo y por
más que las cuadrillas intentaron salvar del tuesten al buró, no pudieron conseguirlo teniendo que
aplicarle el vergonzoso castigo de cohetes”[1].
El segundo dio una cornada en la parte interior del muslo derecho,
atravesándoselo, al banderillero Antonio
Garrido que pasó a la enfermería, que esta vez, sí parece se la había
dotado en condiciones, pues “Cruz Roja
tenía un magnífico servicio montado con arreglo a los últimos adelantos, ya era
hora de que Tomelloso tuviera una enfermería adecuada.”
Por
orden de actuación, de antigüedad y de edad,
Ginesillo en sus toros estuvo bien y regular. Pablo Lalanda bien en su primero y superior en el otro en el que
hizo una faena colosal con pases de todas las marcas que coronó con magnífica
estocada y descabello a pulso que le valió “todas
las porquerías que hoy se estila dar”, dando la vuelta al ruedo con
devolución de de prendas. Marcial
Llanada, a pesar de no tener aún bien cicatrizada la herida recién sufrida
en Málaga, quedó bien en sus dos toros siendo muy aplaudido.
Vino
también Adolfo Guerra, recién dado
de alta por la cogida que sufrió en esta plaza el pasado 29 de mayo, de la que
dimos amplia información, por demostrar
su agradecimiento al pueblo de Tomelloso, a pesar
de que el corresponsal de “El Liberal” dijo que “el público apaleó a los toreros” en aquella corrida.
Ginesillo, Pablo y Marcial Lalanda eran entonces tres novilleros que harían historia en distinto sentido. Marcial, el más grande y más famoso. Su primo Pablo, con trágico final y Ginesillo, el mayor, héroe de guerra. Hablemos brevemente de la historia de cada uno.
Según nos cuenta el periodista catalán Liviano Ruvenat, en el
semanario taurino “La fiesta brava”, nº 204. Barcelona 10 de octubre de 1930, Ginés Hernández y Muro (Ginesillo)
nació en Cartagena el 21 de julio de 1899.
Con 7 años viene a Madrid y después de entrar como aprendiz de
fotograbador en los talleres de "Prensa Gráfica, decide hacerse
torero, enfundándose en un traje de
luces por primera vez en Toledo, el 2 de mayo de 1915, como banderillero y con
el apodo de “Morenito de Cartagena”, que cambiaría por el cervantino de
“Ginesillo”. El 12 de septiembre de 1916 se presentó en la plaza de Tetuán como
matador de novillos, efectuándolo en la de Madrid el 12 de julio de 1917, como
número de complemento de una charlotada.
Poco debía imaginar Ginesillo aquella tarde en que cumplió en Tomelloso (bien y regular en sus dos novillos) que poco después, aquel mismo año, como consecuencia del desastre de Annual, se vería obligado a cambiar de trastos de matar toros por los de matar moros y a incorporarse al ejército de operaciones en Marruecos, donde permaneció más de dos años, hasta octubre de 1923, en que regresó de sargento y con un balazo en una pierna. Retoma su carrera taurina con algunos éxitos como novillero, sufriendo un percance en 16 de agosto de 1925, en la plaza Monumental de Barcelona al banderillear: al caer se clavó una banderilla en la parte posterior del muslo izquierdo, sufriendo una herida grave con el arponcillo. Pasa a subalterno y el 8 de julio de 1930, toreando en Zaragoza como banderillero del Niño de la Brocha, es cogido aparatosamente por un toro de Martín Alonso que le produjo una cornada en la espalda y el hundimiento de una costilla. Falleció en Bogotá (Colombia) en 1981.
El segundo actuante, Pablo Lalanda, nace en Ventas con Peña Aguilera (Toledo), el
11 de enero de 1902. Primo de Marcial, con el que alternó esa tarde. Cuando
viene a Tomelloso, donde tuvo un triunfo espectacular, estaba en vísperas de
doctorarse, pues tomó la alternativa en Madrid el 2-10-1921, actuando
como padrino, Fortuna, y como testigo
Jiménez Moreno,“Chicuelo”, con el toro Ropero de la ganadería del Marqués de Llen, llegando a torear más de cien
corridas en las temporadas siguientes hasta la de 1932 en que se retiró en la finca de La Salceda (Toledo) de
la que era propietario y en la que “fue fusilado el 11 de agosto de 1936 por el
bando republicano. Con él caen tres hermanos, los tres hijos de uno de ellos y
dos cuñados”[2]
También la actuación en Tomelloso de Marcial Lalanda del Pino, (Vaciamadrid, 1903 - Madrid, 1990) en aquella novillada de feria del 4d e agosto, aún resentido de las heridas de la cogida de Málaga, sería antesala de su pase a la categoría superior, a la que accedería en Sevilla el 28 de septiembre de 1921 en el festejo benéfico para recaudar fondos para el hospital de sangre para heridos en África, celebrado con motivo de la feria de San Miguel, en la Plaza de toros de Sevilla, apadrinado por Juan Belmonte y en presencia de Manuel Jiménez Moreno, "Chicuelo", llegando a lo más alto, e ingresando con letras de oro en la Historia del toreo. Admirado por Hemingway, Marcial Lalanda fue el inventor del quite de la mariposa (que en un principio se llamó de la falda), consistente en citar al toro con el capote echado a la espalda, y llevarlo galleando en zigzag, llamándolo alternativamente por el costado izquierdo y el derecho del torero, pero sin dejarle pasar por ninguno de ambos lados.
Compartió cartel en Madrid con Manuel Granero el fatídico 7 de mayo de 1922, en el que Pocapena acabó con la vida del torero
valenciano, tarde en la que Lalanda confirmó su alternativa, lo que le proporcionó la ocasión de
participar, como actor, en el documental
Gloria que mata (1922) y después de intervenir como protagonista,
coguionista y coproductor de ¡Viva Madrid que es mi pueblo! (1928).
Presidió el Montepío de Toreros, que
fundara Ricardo Torres Bombita, y fue
objeto de dos pasodobles: Marcial Lalanda (1930), compuesto por Estanislao
Saura y Federico Barea, y el más famoso Marcial, eres el más grande (1932), obra de José María Martín Domingo y José
Ibarra Llorente.
Durante
la guerra, siguió toreando en Francia y concluida ésta, participó en la
llamada Corrida de la Victoria, que se celebró en la Monumental
de Las Ventas el 24 de mayo de 1939,
retirándose en 1943. Una vez retirado, apoderó a los hermanos Pepe Luis y Manolo Vázquez y a
Antonio Ordóñez, y continuó con su ganadería, que había comprado en 1931. La
Escuela Taurina de Madrid lleva el nombre de “Marcial Lalanda”, en recuerdo y
homenaje al gran maestro madrileño fallecido en Madrid en 1990.
De
la charlotada, el corresponsal de
“El pueblo manchego”, 1921 agosto 5, p. 1, hacía un extensa crónica.
Después de mencionar los festejos feriales: “repique
general de campanas, función de fuegos artificiales, conciertos por la banda
municipal, cine al aire libre, una nube de vendedores de helados y una gran
afluencia de feriantes, sin contar la cuerda de ganados”, entra en detalle
de lo acontecido en la charlotada del día tercero de feria, en la que se
lidiaron cuatro novillos de don Agustín Flores, vecino de
Peñascosa (Albacete), con la plaza llena en sombra y palcos. Hicieron el
paseíllo Charlots con unos kilométricos pies y un perrito, Llapisera con levita
y lustrosa chistera más larga que los pies de Charlots y el diminuto Botones.
El primer novillote debió parecerles “un
tantico grande” por lo que le dieron una lidia seria y de castigo,
demostrando que entienden y conocen el ganado con el que se puede jugar. Los
otros tres becerros se prestaban a ello
y les hicieron todo tipo de bromas y juegos, con exhibiciones acrobáticas
y bufonadas, siendo despachados por cuatro magníficas estocadas y “dos tiros que Charlots le dio a su segundo
aunque su revólver solo estaba cargado con pólvora.” En resumen, nuevo
triunfo de los toreros cómicos y “un alegre tarde para los asistentes.”
Madrid, 3 de agosto de 2021.
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Martes, 29 de Abril del 2025