María Morales tendrá un destacado protagonismo en la Feria de Tomelloso. Tras su brillante paso por MasterChef, a la joven se le abre un extenso abanico de proyectos y oportunidades que está dispuesta a aprovechar con el talento y espíritu de lucha que siempre lleva en su mochila.  De momento, sus paisanos valoran sus logros y su compromiso con Tomelloso con dos importantes reconocimientos: el título de Gañán del Año que le ha otorgado el grupo folklórico “Manantial del Vino” y el del  Ayuntamiento que ha decidido que sea la pregonera de la feria. 

A pesar de su complicada agenda, María Morales ha atendido con suma amabilidad la llamada de La Voz de Tomelloso. La entrevista se realiza justo un día antes en que se haga oficial su nombramiento de Gañán del Año en un acto que tendrá como privilegiado escenario la sala de alambiques de Bodegas Verum.

Al otro lado del teléfono su voz suena alegre, sincera, sin dobleces de ningún tipo. Las risas entrecortan sus frases en más de una ocasión, se muestra cercana y se crea una atmósfera en la que nos sentimos a gusto hablando con una mujer que transmite confianza desde el primer minuto.

-¿Qué supone para usted el título de Gañán del Año que le ha otorgado el grupo Manantial del Vino?

-Es un reconocimiento muy emotivo, es un título que pone en valor las tradiciones de los pueblos. Que el lugar de dónde eres te reconozca es algo precioso. Yo defendí y promocioné todo lo que pude a Tomelloso durante trece semanas en MasterChef. Esté donde esté, siempre defenderé mi tierra y mi pueblo a capa y espada.

-Vivirá un intenso verano en Tomelloso porque también será la pregonera de las fiestas patronales….

-Otra inmensa alegría. Ser pregonera de las fiestas de mi pueblo no le ocurre a mucha gente y yo quiero disfrutarlo y vivirlo con muchísimo orgullo.

-Desde el primer día de su llegada a MasterChef hizo una encendida defensa y promoción de su ciudad, ¿qué es lo que más le gusta de  Tomelloso?

-Me gusta su gente y sus tradiciones. Siempre apetece volver al lugar donde más feliz has sido. He vivido y estado en muchos lugares, pero Tomelloso es especial y los mejores momentos de mi vida los he pasado allí.

-Aunque ese amor que demostró por su pueblo, hubo quien se lo lanzó como arma arrojadiza en las redes sociales, ¿qué les diría?

-Les diría que vivan felices. A Tomelloso lo llevó dentro y no creo que sea motivo de reproche o crítica presumir de tu pueblo, amarlo y defenderlo con cariño. 

-Tras su brillante paso por el programa,  tiene un sinfín de proyectos y oportunidades por delante y ya ha manifestado públicamente que algunos lo hará en Tomelloso, ¿no es así?

-Sí, quiero hacer algo en Tomelloso  y tengo una idea de negocio pensada. No sería un restaurante al uso y espero que todo pueda salir tal y como lo tengo diseñado en mi cabeza. Y no es fácil porque a veces me pasó de imaginación. Pero me ilusiona emprender un proyecto en mi pueblo.

-MasterChef le ha cambiado la vida, ¿podría imaginarlo cuando se presentó a aquel casting tan multitudinario?

-Para nada me hubiera podido imaginar llegar a MasterChef España y mucho menos ser finalista y quedar tercera. Esta experiencia me ha demostrado que la vida es un aprendizaje constante y que hay que perseguir con tenacidad los sueños. Muchas veces lo que ves como algo imposible o inalcanzable, acaba ocurriendo.

-¿Cuál es el mejor recuerdo que se lleva del programa?

-El día que me dieron el delantal blanco sentí una inmensa felicidad. No podré olvidar ese momento en  el que Pepe me lo dio y de la manera que me lo dio; no se me olvidará en la vida. El programa tiene muchos momentos duros, hay que esforzarse y sacrificarse mucho, pero por momentos como ese, merece la pena darlo todo.

-Llegar a una final tiene  ya un gran mérito, pero…¿pensaba que merecía algo más que ese tercer puesto?

-Creo que me merezco lo que he conseguido, así de simple. Estoy orgullosa del esfuerzo y trabajo realizado. En esta vida hay muchas formas de ganar y yo me considero ganadora en muchos aspectos. Hay una frase que me encanta, con la que me siento muy identificada y que viene como anillo al dedo para explicar esto: celebra tus propias victorias porque nadie más que tú sabe lo que te costó alcanzarlas.  Me siento orgullosa de ese tercer puesto y muchas situaciones difíciles que he logrado superar.

-¿De qué compañero o compañeros ha aprendido más?

-Cuando mantienes una convivencia tan estrecha, de las personas que menos te imaginas, terminas aprendiendo cosas. Me quedo con la valentía de José María para ir superando las adversidades que ha tenido en su vida; el carisma y las ideas claras de Alicia y también ese saber estar y nobleza que ha demostrado Arnau  que para mí ha sido el justo ganador del programa.

-Los chefs del programa eran exigentes, ¿qué destacaría de ellos?

-Los tres son exigentes, es cierto, pero al mismo tiempo te ofrecen un constante apoyo cuando los ánimos están más bajos. Son unos profesionales como la copa de un pino y de ellos se puede aprender absolutamente todo. El cariño que te da Samanta cuando no hay cámaras, la gran profesionalidad de Jordi o una simple mirada de complicidad de cualquiera de ellos, son cosas que no tienen precio. No puede  haber mejores jueces para MasterChef.

-Uno de los aspectos más llamativos de MasterChef es la prueba de exteriores. ¿en cuál de ellas disfrutó más?

-¡En ninguna, porque siempre caía a la prueba de eliminación! (risas). Quizá la más especial fue la que hicimos en la comarca de La Garrotxa en Cataluña,  con aquel postre de zanahorias que me valió el pase a la semifinal. Las demás fueron muy duras, siempre al borde de la eliminación, con los nervios y la presión a flor de piel.

-¿Cómo lleva su entorno más cercano: sus padres, su hermana, su novio…todo lo que le está pasando?

-Lo llevan muy bien porque ven a la misma María de siempre y en versión mejorada. Antes de todo esto podría haber algunas dudas e inseguridades y este programa me ha servido para reactivar unos valores que yo tenía ahí, pero no lograba sacar. Pero ellos están contentos porque me ven como siempre, sin que el éxito se me haya subido a la cabeza.

-Cuando  ofrezca su pregón en la plaza de España el próximo 24 de agosto, ¿sentirá mucha responsabilidad?

-Yo soy muy echada para delante y me digo a mi misma que no me dará vergüenza (risas), pero me lo pienso tomar con tranquilidad, hablándole a la gente de mi pueblo, al fin y al cabo soy tan tomellosera como ellos, gente que es igual que yo y creo que vamos a establecer una buena conexión.

-¿Suele vivir con intensidad la feria de Tomelloso?

-Para mí la feria de Tomelloso es el evento del año. Ya puedes estar en otro sitio, que es inevitable venir al menos un día a dar una vuelta por la feria. Las fiestas de mi pueblo son sagradas. Me encanta el ambiente de los puestos, el olor a comida, los carritos de los niños, la posibilidad de encontrarte con gente que no ves durante el año, compartir vinos con personas cercanas, los actos que ensalzan nuestras tradiciones... Es una semana muy bien organizada que reúne todos los ingredientes para disfrutar. La feria representa la unión de un pueblo.