Las mismas fuentes explican que en la madrugada del domingo al lunes el 091 recibió una llamada de un varón que amenazaba con suicidarse. Acto seguido, agentes de la Policía Nacional, después de localizar en cuestión de minutos el lugar exacto donde se encontraba la persona que había efectuado la llamada, pudo acceder al interior del garaje. Dentro del mismo se encontraron a un varón que se había rociado con gasolina. Los agentes pudieron comprobar a su vez que había también gasolina esparcida por el suelo, con el consiguiente riesgo que ello conllevaba pues podría haber ardido tanto el garaje como el edificio en cuestión.

Los agentes de la policía Nacional tuvieron que reducir a la citada persona por la fuerza y proceder a engrilletarla por motivos de seguridad hasta que llegasen los servicios médicos, puesto que el varón, que al parecer padecía problemas de alcoholismo y depresión, portaba una navaja en una de sus manos mientras que en la otra tenía un encendedor.

Posteriormente miembros del servicio médico del 112 trasladaron a esta persona hasta el al Hospital General de Ciudad Real para que fuera asistido.