TRAFICANTES DE AGUA
Hoy es
la disciplina del agua en el lavabo
esa
vieja canción del mirlo en la noche
al
Escondite Inglés
sin
que muevas las manos ni los pies.
Todo
transcurre de la infancia a la tarde
en
donde se deshojan margaritas
hasta
verter la sal por la ventana
en
vísperas de guerra.
El
esqueleto de este país es un laberinto
amarillo
de papeles y minutos.
Llamamos
ola a ser incendio
somos
madera que arde en el zócalo
o en
la nieve que se confunde con un Mississippi.
La
vejez es la triste paranoia
de la
ciudad o el corazón
y al
final,
una
estrella como un pirata
que
con su telescopio nos observa.
El
hombre es un lobo que apenas sabe
del
conejo sino cazarlo.
Parad
las aves
conocedoras
de lo temprana que tenemos la piel.
Paradlas
y veremos un suicidio en vertical.
Hay
dientes que no trafican en el grifo
agua
en la última sonrisa
una
enfermera que acaricia las manchas de un dálmata
en las
manos del enfermo.
Parad
las aves que practican
la dimensión del mar.
CASIDA
A LA FLOR QUE ARDA
En las piernas
del mar,
en su espuma de
piel quemada
me pregunto el
tiempo, el cangrejo,
los ojos del
que calla.
Venimos de la
sal con nuestras lenguas
de una montaña
en la mirada,
donde las hojas
se destilan lentamente
qué vientre
alumbra el faro
qué tiemblan
los pezones en su escarcha.
Me vuelvo hacia
una rama
si es que
trepar se puede
del corazón a
tu boca.
Y es un acierto
de humedad
entre una flor
y nada.
MORITURI
Perseguir por
delante te hace menos sospechoso
se requiere
habilidad en la mirada
parpadear el
ojo de este huracán.
En las rectas
del olvido
los círculos
que me hablan de ti
vienen todos de
esta vida de órganos ausentes:
una rata
científica que avanza
el eje
arbitrario entre pedir comida
y gestionar los
gastos de envío
significar la
música para los ciegos
como el mar a
las convulsiones del agua
una criatura
que bebe para morir.
Un goteo
constante puede crear un lago
y al mismo
tiempo, volver loco a un hombre.
Habría estado
bien atender a la geometría
que desposeen
los objetos en Occidente
entender que no
hay trazo recto en los triángulos
y que el justo
equilibrio no existe.
La muerte está
en la vida
de no ser así,
consiste en
unos ojos cerrados
un cisne de
plata detenido en la madera
una biznaga y
un velero anclados en mi padre.
Es tan frío y
bello recordar a nuestros caídos
luz que
parpadea
como una
pequeña muerte hacia atrás.
RÉQUIEM
A
Valle-Inclán
De la infancia
al aire anciano
la flor que
yace en la orilla
es el cadáver
más bello.
Del arlequín se
oye su risa.
Canela mezcla
de pólvora
y de agua
hilvanando limas
aúlla la loba
geisha
al filo humo de
la pipa
a los amantes
que rozan
la quinta piel
de la herida.
En la sal
fiebre del mago
parpadean los
taxistas,
En la fe célula
duermen
de tus manos
sus aristas,
de la flor se
oye su espuma
del arlequín,
solo su risa.
EL
FARO DE KIEV
Esta noche no
acierto a saber
qué hay en la
acera de enfrente
la única piel
firme
es la fruta
podrida del carpintero
son iguales
tiempo y martillo
en la sonrisa
de una calavera.
Es de sombra
conocido que las adivinanzas
tienen su
respuesta al final de los abrazos
llamar a la
puerta puede ser hambre
la puerta con
los años un artilugio ácido.
El aire avanza
en la noche y viola
a la mujer que
come de las flores
se le ha caído
de las manos
una filología
de nombres y sangre
y con el eco de
los días
aguarda el
trópico de un loto.
Guarda el
dinero, escóndete bajo el colchón
enciéndete y
vela por nosotros pecadores
desde que vivir
es un góspel de suerte
la
superpoblación es el burdel de la abundancia
y en la acera
de enfrente
ocurre que
querer es un silencio.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Martes, 12 de Julio del 2022
Domingo, 5 de Septiembre del 2021