Este cronista, que no tiene una especial inclinación por el rap (tal vez por la edad), disfrutó con la poesía de Dyso. Lejos de los ripios, el artista destiló una poesía brillante, dando contenido a las palabras —como cantó— para liberarlas. Acompañado por José Flowing y Dave Niza, se le notaba al poeta a gusto en la puesta de largo de “Inquiéntud”.

En la presentación, Clara López Cantos advirtió que Dyso, nacido en 1984 en Ciudad Real, “es hijo del rap, hermano del spoken Word, primo del poetry slam, nieto del calambur y padre del spoken rap es una de las voces más interesantes y comprometidas de la oralidad de este país”.

Dyso jugó con las palabras durante todo el concierto, encajándolas con maestría como si fuese un Tetris. Como un malabarista de la poesía, llegando al más difícil todavía en cada verso. “El destino está escrito, pero no está oralizado, eso es lo que estamos haciendo”.

Las letras de Dyso no están “concebidas como un lujo cultural” no son neutrales, sus versos, sus filigranas poéticas, son combativas, comprometidas, poco conformistas, nos revuelven en nuestro asiento con su carga social. Están del lado de los más débiles. El público, y el periodista, disfrutaron con este gran concierto de Iván Dyso.

La próxima cita de la programación de la Fiesta de las Artes y las Letras es el 27 de agosto con “Noche de letreros”. Durante toda la jornada se celebrarán distintas actividades poéticas en la calle “para recordar a nuestros poetas-agricultores”.